El monumento estaba instalado en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia cuando llegó la declaración del Estado de Alarma en España y la suspensión de las Fallas 2020. El monumento, muy delicado y complicado de retornar a los talleres donde fue construído, estaba siendo el punto de encuentro del mundo fallero valenciano y de los turistas que todavía quedan en la Capital el Turia pese a que casi todos están retornando a sus puntos de origen.
Por ello, el Consistorio valenciano ha decidido, por sorpresa, quemar la falla oficial del Ayuntamiento de Valencia cuando nadie lo esperaba. Algunos medios de comunicación se han enterado minutos antes de ser incinerado el monumento, que por primera vez en toda la historia fallera, no he tenido presencia de público.
Los bomberos han actuado ante la contingencia del peligro que cada año se produce cuando se realiza la «cremà» que este año ha sido triste y ha marcado un día histórico para una fiesta que es Patrimonio de la Humanidad.