El incendio en un edificio de Jinámar (Gran Canaria) deja a 47 familias sin casa varios meses

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Los sucesos relacionados con el fuego siguen siendo noticia en la isla de Gran Canaria. Un incendio en el cuarto de contadores de un edificio de 11 plantas situado en el número 8 de la Rambla de Jinámar, en Telde, ocurrido sobre las 13.00 horas, provocó ayer provocado momentos de angustia y temor a los residentes de las 47 viviendas del inmueble. Tres de ellos fueron trasladados por el Servicio de Urgencia Canario por una crisis de ansiedad.

Los bomberos de la capital grancanaria, municipio al que pertenece esta zona del Valle de Jinámar, emplearon 6.000 litros de agua para extinguir las llamas, aunque la mayor cantidad se utilizó para impedir que se propagara el humor por todo el edificio e incluso se utilizó un ventilador para expulsar la humareda al exterior, una imagen espectacular.

El humo fue intenso y obligó a los vecinos a encerrarse en el interior por orden de los bomberos. Fotos: Diario de Las Palmas

Hasta bien entrada la tarde los inquilinos no volvieron a sus pisos, unos porque estaban en la azotea y otros porque habían salido desde que comenzó el fuego. No obstante, será un retorno muy corto. La situación a la que se enfrentan es la de estar varios meses sin vivir en sus casas porque el incendio les ha dejado con el cero energético, sin luz ni telecomunicaciones, ademas de sin agua y ascensor.

A todo ello hay que añadir que los vecinos que viven en las plantas más altas, están condenados a subir y bajar escaleras con o sin carga dado que los asensores han quedado inhabilitados. Un panorama que algunos, como Rafael Quesada, que reside en la última planta, la 11, lo asume con humor. Indica que «me lo tomaré con tranquilidad, subiré al golpito para dejar que el piso se refresque y menos mal que no había comprado mucha comida ahora que la nevera no funcionará».

Todos los afectados reconcen la remarcable actuación rápida y profesional de los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria. Fotos: Diario de Las Palmas

La intervención de bomberos de Las Palmas de Gran Canaria, que llegaron a los 20 minutos del aviso, logró extinguir con rapidez las llamas, aunque la mayor preocupación fue evitar que el humo se propagara al resto de las plantas. De hecho, según explicó el cabo de bomberos, de los 6.000 litros usados durante su acción, la mayoría se dedicó a frenar la expansión de la humareda -en algunos momentos espectacular- para impedir que entraran en las viviendas, por lo que también se utilizó un ventilador para expulsarla al exterior. Los residentes, entre 120 a 130, permanecieron en su mayoría dentro de sus domicilios, aunque algunos fueron ayudados por la Policía Local y los bomberos a subir a la azotea, donde destacó el civismo y colaboración de los afectados. Otros, en los pisos más bajos, optaron por salir de sus casas desde que empezaron las llamas y esperaban regresar durante la jornada.

Las autoridades se han puesto a disposición de los vecinos para ayudarles a recuperar la normalidad lo más rápido que sea posible para todas las familias afectadas, poniendo fondos especiales para solucionar los daños ocasionados por el fuego.

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