Benidorm, una ciudad donde siempre se repite la historia…

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Que no, que no y que no, que la abuela no fuma, ¿que en su día fumó?, pero hoy no fuma, ¿que mañana fumará? Seguro que acabará fumando. Porque queramos o no, nos guste  o nos disguste, riamos o lloremos… la historia se repite y lo que fue, será. Se repite «de pe a pa», del 0 al 9, de la A a la Z y a pesar de ello, como no aprendemos de lo bueno ni de lo malo, de lo positivo o de lo negativo, de lo escondido o de lo aflorado, en una palabra como en nuestra sociedad no tenim el cabet en la faena, pasa lo que pasa y la historia que se repitió, se repite y se repetirá.

El caso es que hoy no he venido a lamentarme, a compungirme o a tener remordimientos. Hoy vengo a hablar de historia, de una historia que muchos hemos vivido, que casi todos hemos olvidado, pero que está ahí en el Mediterráneo, junto a la Punta Canfali y que va a repetirse irremediablemente en la S.S. (la Smart Square, antaño llamada Plaza Triangular). Andábamos entre alegrías y penas, entre gozos y llantos, por allá por el año 1986, cuando nos vimos gratamente sorprendidos con la instalación de un géiser junto a la Punta Canfali avanzada marítimo rocosa de la denostada y agraviada Fortaleza (antes castillo) de Benidorm.

Mirador del castillo con el géiser averiado desde 2007 demostrando los políticos con ello lo poco que les importa la imagen de la ciudad y su promoción

Ciertamente quedaba bien, era una bonita postal para Benidorm, como reclamo turístico era muy apropiado, sus 100 m. de altura llamaban la atención y su silueta lucía y destacaba entre las dos playas de Levante y Poniente. Pero un día cualquiera de 2007, un día aciago y adverso para nuestros intereses turísticos, se averió, se estropeó, en una palabra se escacharró y dejó de funcionar. ¡Oh mísero de mi! ¡Oh infelice!… Ya no volvió a lucir su salada esbeltez, su esbelta  y juncal clorurosodiada agua no volvió a alegrarnos su gallarda figura… hasta hoy, hasta nunca jamás. Nuestra alegría, nuestro gozo  se convirtió en  pena, en congoja, en angustia y en lágrimas.

Poco, muy poco duró la alegría del pobre, del pobre contribuyente que vio perdidos los 240.000,00 € que había costado el venero mediterráneo.  Apareció en escena nuestro inmarcesible Jose Ramón González Zárate ( y Unamuno como le gusta decir al ínclito alcalde actual de la ciudad) como responsable de su reparación, para decirnos que era “una pequeña avería sin importancia” que podría solucionarse en poco tiempo. La diferencia entre el poco tiempo y el infinito no está nada clara para algunas personas dedicadas a la política.

El tiempo sigue inexorablemente su curso y 43 años después nos encontramos en plena renovada Smart Square y a unos centenares de metros del géiser con la construcción de un mono-hito del que nos han comunicado por el momento su costo y del que deseamos con todas nuestras fuerzas que sea “mono”, en el sentido estético de la palabra, y que funcione al menos por la gracia de Dios, hasta la terminación de esta legislatura. Apuestas sobre su esbeltez y funcionalidad no se admite ninguna, visto lo visto. Que si en un momento dado deja de funcionar el mono-hito la culpa será del primer tonto pelao que se arrime, está asegurado.

José Antonio Corachán vuelve a dar en el clavo con su análisis de la desastrosa gestión municipal de ahora y de años pretéritos

¡Señores políticos, ya está bien! Dejémonos de caprichitos. Antojos los justos y necesarios y en todo caso con vuestro dinero y en vuestra casa. ¿Todo lo que necesitamos para no morir lentamente, turisticamente hablando, es un mono-hito? ¿la imaginación, la creatividad, el I+D+I, la Smart City, la Casa de Cultura, El Municipio Turístico, la Estación de Autobuses, la Comisaría, el Tram urbano, el AVE… todo ello no importa y si a algún vecino le importa, con recordarle en sus narices que no es competencia municipal, todo queda resuelto y en el permanente olvido.

Otros vecinos y yo nos preguntamos (siguiendo el curso de la Historia) ¿Acaso la autorización del bikini en las playas era competencia municipal en 1952, cuando nuestro olvidado Alcalde D. Pedro Zaragoza Orts consiguió su autorización viajando hasta Madrid con su Vespa? Vale, no había democracia, no había libertad, pero había voluntad de cumplir con los vecinos y los objetivos se lograban con la suma de la honestidad y el trabajo a diario. De Don Pedro Zaragoza nos han dejado estos políticos por el momento el nombre de una calle. Puede ser que la gasolina de CAMPSA utilizada para el viaje la pagara el municipio, en cambio los casi 12 millones de euros del mono-hito, sin lugar a dudas los pagará la Caja municipal. Del alcalde actual ¿que nos va a dejar en la memoria? ¿Un mono-hito?. Como de monos en libertad nos sobran con los que nos han dejado los británicos en Gibraltar, prefiero quedarme con un gorila-hito, por cierto los gorilas por seguridad se encierran y eso si, una vez asegurados tocará volver a empezar.

José Antonio Corachán MarzalDiplomado en Anticorrupción)

Fotos del artículo autoría de Antonio Zarco.

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