Las sofocantes temperaturas con las que las noches tropicales de julio están azotando a los alicantinos, ha disparado el uso de ventiladores y aires acondicionados en muchos hogares. Este pico del consumo eléctrico, unido a la antigüedad de las instalaciones eléctricas que pueblan las entrañas de muchos de los centenarios edificios del casco antiguo de Alicante han causado que alrededor de las 12 de la noche del martes se desatase un aparatoso incendio a escasos metros de la con-catedral de San Nicolás.
Fuego nocturno
De acuerdo a los testigos, estando próxima la media noche del martes, comenzó a percibirse un fuerte olor metálico procedente del sótano de uno de los edificios de viviendas próximos al número 8 de la calle San José, en pleno casco histórico de la ciudad, a solo unos metros de la Rambla, o del «Barrio», una de las zonas turísticas y de marcha más importantes de la capital.
A los pocos minutos, una columna de humo negro era bien visible desde la calle y policía y bomberos acordonaban la zona y desalojaban a varias familias residentes en el edificio ante la atónita mirada de curiosos y decenas de turistas. Testigos aseguran que pudieron verse y oírse varias explosiones, ocasionadas con toda probabilidad por la sobrecarga de la instalación eléctrica del inmueble.

Heroico vecino
Aunque todavía no se conocen todos los detalles del incidente, parece claro que se han evitado daños mucho mayores, gracias a la rápida intervención de uno de los vecinos del bloque, que al quedarse sin luz mientras veía la tele y percibiendo el penétrate olor procedente del cuadro de luces, se apresuró a llamar al 112.
El supuesto teléfono de emergencias bombardeó a preguntas al improvisado héroe, mientras que el edificio comenzaba a ser consumido por las llamas, de modo que a este no le quedó mejor opción que correr al cuartelillo de la policía local próximo al lugar de los hechos, en busca de una respuesta más rápida.
Pese a que los locales tampoco estaban en ese momento en su puesto, el vecino logró finalmente contactar con los bomberos, que se desplazaron al lugar evitando daños mayores. Junto a estos también acudió una unidad del SAMUR y varios agentes de policía.
Por el momento se desconocen los pormenores del suceso, o el estado en el que finalmente han quedado las viviendas y del que dependen las familias desalojadas, que solo aspiran a recuperar la normalidad en sus hogares tras el susto.