Ríos de tinta siguen corriendo después de que el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, anunciara este martes el regreso de Luis Enrique Martínez al banquillo de la selección en sustitución de un Robert Moreno que se marcha del ente federativo por la puerta de atrás.
«Las cuestiones personales entre Luis Enrique y Robert Moreno son cuestiones en las que no podemos entrar (…) En el momento en el que Luis Enrique quisiera volver, volvería. Siempre hemos sido muy transparentes en este sentido (…) El lunes por la mañana recibimos un mensaje de Robert en el que nos dice que quiere acordar su salida (de la Federación) y no ser un impedimento para la vuelta de Luis Enrique», fueron algunas de las explicaciones de Rubiales sobre este convulso relevo en el banquillo de la selección, otro episodio polémico tras el vivido hace un año y medio, al poco tiempo de que Luis Rubiales aterrizara en el cargo, con el despido de Julen Lopetegui tras su fichaje por el Real Madrid y el inmediato nombramiento de Fernando Hierro. Así se recoge en una información ofrecida por Libertad Digital.
Robert Moreno se va muy dolido. Nada más acabar el partido contra Rumanía (5-0), en el cierre de la fase de clasificación para la Eurocopa 2020, el técnico catalán entró al vestuario del Wanda Metropolitano y gritó: «¡Me han tirado! ¡Me han despedido!». Fue un acto de rabia por parte de Robert, que incluso habría roto a llorar ante los jugadores. Debido a su nerviosismo, decidió no acudir a la obligatoria rueda de prensa habitual tras los partidos —la UEFA impondrá una multa a la RFEF por ello— ni tampoco hablar ante las televisiones con derechos, con lo que su despedida como seleccionador no ha podido ser más amarga.
Está dolido Robert por las formas. Ha decido romper sus vínculos con la RFEF y también con Luis Enrique. El pasado 4 de septiembre, en la previa del partido contra Rumanía en Bucarest (1-2), el catalán se había mostrado dispuesto a echarse a un lado si volvía Luis Enrique: «A Luis Enrique le considero un amigo y creo que los amigos están por encima de cualquier proyecto. Si decidiera volver, yo daría un paso al lado».
Pero lo que no sabía Robert es que el técnico asturiano ya le había puesto la cruz al entonces seleccionador. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué Lucho decidió romper su amistad con Moreno? Según ha podido saber Libertad Digital, Robert Moreno desobedeció varias órdenes directas de Luis Enrique cuando éste era aún el seleccionador español, antes de abandonar el cargo por la enfermedad y posterior muerte de su hija Xana, y el catalán era su ayudante antes de relevarle en el banquillo el pasado 19 de junio.
En concreto, fue en ese mismo mes de junio, en los partidos de la fase de clasificación contra Islas Feroe (1-4) y Suecia (3-0). Es decir, Luis Enrique era todavía quien hacía las alineaciones en esos dos partidos y Robert Moreno tenía que obedecerle. Pero no fue así. El 7 de junio, ante Islas Feroe, el asturiano le pidió a Robert que alineara a David De Gea y Dani Carvajal, pero el catalán apostó por Kepa Arrizabalaga y Jesús Navas. Tres días después, contra los suecos en el Santiago Bernabéu, Moreno decidió seguir manteniendo a Kepa en la portería, contra el deseo de su todavía jefe (Luis Enrique quería a De Gea). En cuanto al lateral derecho, Carvajal sí fue el titular frente a Suecia, como quería Luis Enrique Martínez.
Al gijonés no le tembló el pulso y decidió ponerle la cruz al ya exseleccionador. Cobran sentido, pues, las informaciones que aseguran que el asturiano le dijo a Rubiales que para volver a la selección su única condición era que no quería ver ni en pintura a Robert —amigos íntimos en el pasado, ahora enemigos a priori irrenconciliables—, ni como ayudante suyo ni con ninguna responsabilidad dentro de la RFEF. Dicho y hecho.
«Cada entrenador tiene que tener su staff propio. Son códigos del fútbol que yo no pienso romper. Yo he sido jugador y sé cómo funciona esto», señalaba este martes Luis Rubiales en la larga rueda de prensa en la que anunciaba el regreso del gijonés al banquillo de la selección. «Dije en la presentación de Robert Moreno que había que continuar el proyecto de Luis Enrique, con su staff, con una manera muy parecida de trabajar, pero obviamente no es lo mismo Luis Enrique que Robert Moreno», repetía el presidente de la RFEF, a quien no le ha temblado el pulso a la hora de despedir a Robert Moreno.
El técnico barcelonés, que ha estado apenas cinco meses en el cargo de seleccionador, ha pasado al contraataque y sus abogados acudían este martes a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para firmar el finiquito del entrenador con los representantes de la Federación Española: cerca de 600.000 euros. Una vez más, Robert Moreno acude a sus abogados para resolver todos los asuntos legales con la RFEF porque no quiere saber nada ni de Rubiales ni de José Francisco Molina (director deportivo). No quiere cruzarse con ellos en las modernas y amplias instalaciones de la Ciudad del Fútbol.
El lunes ya había mandado dos abogados a la sede de la RFEF —como se encargaba de desvelar Molina— para resolver su contrato y cerrar así, de la forma más triste y polémica, su corta etapa en la selección española.