Plagios y televisores rotos en la exposición ENT3R de La Lonja del Pescado

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La crítica de arte no es sencilla. Además de exigir una tarea de documentación previa para que pueda estar mínimamente fundada, exige un elevado grado de subjetividad que puede influir en la evaluación final de la muestra. Factores como la presentación, la época o las instalaciones que acompañan a las piezas pueden marcar la diferencia.

En otras ocasiones, como es el caso de ENT3R, la nueva exposición de cripto-arte con NFT que ofrece la sala de La Lonja del Pescado de Alicante, sucede todo lo contrario. El juicio brota bajo el peso de lo obvio y la dificultad estriba en elegir las palabras adecuadas para sintetizar la experiencia.

Con la riqueza léxica que caracteriza al castellano, he dudado al calificar lo que he visto en ENT3R de basura, tomadura de pelo o vergüenza, pero me inclino por un neologismo de fabricación propia: cripto-insulto, ya que la exposición logra ser deficiente tanto para los amantes de la cultura, como de la tecnología.

ENT3R es, en definitiva, un verdadero ultraje para los alicantinos, que con el patrocinio de sus impuestos permiten que la sala mas importante de la ciudad se rebaje a exponer una colección de televisiones rotas.

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Uno de los televisores de la exposición muestra un enorme mensaje de ERROR en el lugar que debería ocupar la imagen de un NFT

Si por algo destaca la exposición es por su desastroso montaje. Las obras se exhiben, supuestamente, en la sala Luceros, la más prestigiosa de la Lonja. A través de los 21 monitores torpemente instalados sobre paredes y pies, deberán desfilar, según la web del ayuntamiento, más de 200 NFT hasta el 21 de agosto.

La realidad es que solo funcionan (por decir algo), ocho de las pantallas, que presentan una pobre imagen estática, siempre que no estén parpadeando o mostrando mensajes de error, mientras las catorce restantes permanecen apagadas como obeliscos negros a lo largo de la sala, evocando más a un almacén de Mediamarkt que a una galería de arte.

Terrible comisariado, peor gestión de sala

Desconozco el presupuesto del que dispuso la Lonja para organizar la muestra, pero las carencias son notables desde la misma entrada a la sala. La bedel que custodia el espacio nos avisa con suma amabilidad que la exposición «no funciona muy bien» ya que pese a los constantes fallos, no pueden arreglarla al no localizan a los organizadores. A continuación nos ofrece, casi avergonzada, una vulgar cuartilla fotocopiada en blanco y negro que hace las veces de tríptico explicativo, puesto que «se les han terminado los folletos y no reponen«.

Multitud de pantallas apagadas junto a la maraña de cables de la paupérrima instalación

Lo esperable de una dirección capaz, sería cerrar la sala al público hasta corregir los fallos técnicos, o exigir responsabilidades al comisario de la muestra, ya que por su ineptitud, se está malgastando el presupuesto de la concejalía de cultura y privando a visitantes y multitud de Artistas alicantinos, del uso de unas instalaciones públicas muy valiosas, sin embargo no es así. En el momento de escribir estas líneas, aún quedan 18 días hasta el término de la exposición, durante los cuales los responsables de la Lonja mostrarán a los visitantes, si nada lo remedia, la peor cara de la cultura alicantina en el pico de la temporada alta de verano.

NFT en su mínima expresión

Y por fin, llegamos a la crítica de esas pocas imágenes que los monitores que aún funcionan nos permiten contemplar, con permiso del pantallazo azul de Windows, al que, pese a su valor de icono pop y unas cualidades estéticas superiores a las de muchos de los NFT de ENT3R, excluiremos por su presencia involuntaria en la muestra.

Los NFT, las siglas en inglés de token no fungible, son una de las últimas aplicaciones de la tecnología Blockchain, la misma que hace posible criptomonedas como el archiconocido Bitcoin.

Sintetizándolo mucho y sin ánimo de aburrirles con detalles técnicos, la ventaja que los NFT aportan al arte, es la posibilidad de certificar digitalmente de forma infalsificable y descentralizada (es decir, por cualquiera y desde cualquier sitio con solo leer un código), que una obra es original y pertenece a quien posee ese «certificado» asociado a ella (el NFT). A su vez, el dueño del NFT puede transmitirlo nuevamente. Es importante tener claro que los NFT solo certifican la propiedad de una copia determinada extraída de la obra original, ya que la propiedad intelectual del autor es un derecho que le pertenece de forma personal e intransmisible.

A la derecha, dos de las pocas pantallas que mostraban alguna imagen de NFT, junto a otras tantas con mensajes de error o apagadas

Por lo demás, se trata de arte digital al uso, con la particularidad de que los NFT tienden a mostrar una calidad muy baja, puesto que algunos de sus creadores no los consideran arte, sino un valor especulativo similar a un sello o a una acción.

Además, la falta de control sobre las plataformas donde se alojan, han llevado a que «más del 80% de las piezas creadas con esta herramienta sean trabajos plagiados, colecciones falsas y spam» tal y como confesó en un tweet OpenSea, el mayor mercado del mundo de NFT.

NFT expuesto en La Lonja con la imagen plagiada de Yoda, firmada por Rika Goldberg y titulada YODA:DAO Wei and MetaFactory-Story #2

Con este contexto, más allá del discutible gusto y calidad de las pocas obras disponibles, entre las que destacaba una lata de cerveza en 3-D, una breve canción que solo podía escucharse al escanear un QR con el teléfono, o algunas imágenes realizadas utilizando caracteres similares a los del clásico código ASCII (obsérvese el nivel), me ha llamado la atención el descaro con el que una de las piezas plagiaba la propiedad intelectual de otros artistas.

La obra en cuestión muestra una imagen oficial del maestro Yoda, personaje de la saga Star Wars, a la que solo han superpuesto unas pequeñas imágenes, en lo que para nada podría entenderse como obra derivada o un caso de Fair Use del copyright de la propiedad intelectual de Disney y LucasFilm,.  

Vergüenza

Pared principal de la sala con todas las pantallas en ERROR

Al salir de la exposición solo puedo expresar mi vergüenza más absoluta ante el terrible uso que se está haciendo de uno de los espacios artísticos más prestigiosos y demandados de la ciudad, mi preocupación por el destino de los impuestos de los alicantinos y mi estupor e indignación ante el insulto que para los artistas supone que una administración pública como la concejalía de cultura del Ayuntamiento de Alicante, avale y exponga piezas que son claramente un plagio y una infracción de las leyes de propiedad intelectual.

Si en Alicante existiese oposición, ya se estarían exigiendo dimisiones.

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