Pedro Sánchez demuestra que es un irresponsable marchándose a Doñana de vacaciones teniendo a España patas arriba

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Da igual que el reloj para la convocatoria de nuevas elecciones vaya imparable hacia el 23 de septiembre, fecha definitiva para dar por concluída la actual legislatura. Da igual que esa convocatoria nos cueste a todos unos 180.000.000 de euros. Para el presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha llegado la hora de su descanso tras demostrarnos a los españoles que no ha hecho nada en los últimos tres meses, y disfruta ya de sus vacaciones veraniegas pese a haber negado, en boca de sus compañeros de Gobierno y de partido, que este año se cogiese estos días de descanso mientras el bloqueo político sigue en España fruto de la incapacidad del PSOE y Podemos de llegar a un acuerdo.

El presidente, antes de marchar al Parque Nacional de Doñana, al palacete que mantenemos los españoles con impuestos confiscatorios, dejó caer que quizás en septiembre hable con Podemos, único partido que tiene la llave en su mano. Inconcebible para cabezas sensatas, lo propio para irresponsables como ya ha demostrado serlo Pedro Sánchez


Sánchez llegó el viernes al Palacio de las Marismillas, ubicado en territorio de Huelva dentro del Parque Nacional de Doñana, a través de la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda.


Si el año pasado el presidente del Gobierno se dejó fotografiar junto a uno de sus perros dirigiéndose hasta la playa privada que tiene el complejo propiedad de patrimonio nacional, en esta ocasión quiere hacernos creer que prefiere pasar desapercibido con lo amante que es él de las cámaras.

Un presidente serio, sabiendo que se avecina una crisis al galope con todos los datos reales de la economía, la situación en Cataluña y otras regiones, y el agotamiento del conjunto de los españoles tras una década de crisis, no puede dar esta imagen ni actuar de esta forma


Sánchez ha dado órdenes a su equipo de seguridad de blindar por completo Las Marismillas y evitar así las imágenes que darían lugar a las críticas de haberse ido de vacaciones en lugar de negociar su investidura. Y es que a las pocas horas de perder la segunda votación en el Congreso de los Diputados, salieron en tromba dirigentes del Gobierno y del PSOE para asegurar que “este año nadie en el Ejecutivo se irá de vacaciones”. Así lo afirmaba la vicepresidenta, Carmen Calvo, desde la sala de prensa del Palacio de La Moncloa. La número dos del Gobierno aseguró que los ministros y el Presidente trabajarían todo agosto para alcanzar un acuerdo. Ya podemos ver y comprobar cómo trabaja esta gente, no hace falta ser cum laude en tesis doctorales que hablen de los descansos presidenciales.


También la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, convocó una rueda de prensa de urgencia para decir lo mismo: “Este año no hay vacaciones en el PSOE”. Desde esa semana a ejecutiva federal no se ha reunido ni una sola vez, pese a que el reloj para evitar la repetición electoral continúa corriendo. A ellos, como se ve, les da todo igual. Posiblemente a muchos españoles, en caso de tener que ir a votar el 10 de noviembre, no nos de lo mismo y reaccionemos con rabia ante el posicionamiento de esta caterva de golfetes a quienes les pagamos estos lujos y otros muchos caprichos inalcanzables para casi todos los españoles.

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