El Partido Popular de la Comunidad Valenciana ha encendido la mecha: Carlos Mazón no será el candidato en las autonómicas de 2027 y su salida del Palau de la Generalitat se acelera como un «cadáver político andante», según fuentes internas. En una cumbre secreta en Alicante, los barones provinciales –Vicent Mompó (Valencia), Marta Barrachina (Castellón) y Toni Pérez (Alicante)– pactaron elevar a Génova el nombre de Vicente Mompó como relevo de consenso, respaldado unánimemente por las tres provincias. Pero el tiro sale por la culata: el ministro de Transportes, Óscar Puente, dispara en X: «Este es peor que Mazón. Al tiempo. Queda dicho», avivando las críticas por su rol en el CECOPI durante la tragedia que se cobró 229 vidas.
La crisis estalla tras el funeral de Estado por el primer aniversario de la DANA del 29 de octubre de 2024, donde Mazón fue abucheado con gritos de «¡Asesino! ¡Ven cobarde!» por familiares de víctimas, en un acto marcado por el caos y el saludo forzado a Pedro Sánchez. El president, visiblemente tocado, anunció una «reflexión profunda» y una comparecencia inminente, pero el PP ya da por finiquitado su ciclo. «El futuro de Mazón solo lo conoce él», ironizan fuentes del PPCV, mientras Génova –con Feijóo en el punto de mira por su silencio– baraja un congreso regional exprés o elecciones anticipadas para blindar a Mompó, quien no es diputado en Les Corts y necesitaría urnas para asumir el relevo.
El «consenso» que divide al PP: ¿Mompó, el salvador o el cómplice 2.0?
La reunión del viernes en Alicante, con el secretario general autonómico Juanfran Pérez Llorca, selló el pacto: Mompó, de 38 años, licenciado en Ciencias Físicas y del Deporte, alcalde de Gavarda (1.000 habitantes) y presidente de la Diputación de Valencia desde 2023, emerge como el «perfil valencianista y dialogante» que ha estado «con las bases en la reconstrucción post-DANA». Fuentes populares lo venden como el «único cargo que ha estado en la trinchera» y que «metió prisa» para enviar el Es-Alert, aunque su declaración como testigo en la causa judicial de Catarroja –pospuesta dos veces por la maratónica de la delegada del Gobierno y un apagón nacional– generó dudas.
Pero el ídolo tiene pies de barro. En X, la indignación hierve: «Mompó mandó a sus trabajadores a casa 6 horas antes del Es-Alert», denuncia un usuario citando el cierre prematuro de centros de la Diputación. Otro lo tilda de «cómplice de las mentiras de Mazón», recordando su apoyo incondicional al president y su presencia en el CECOPI, donde admitió «muchísimos errores» como hablar de la presa de Forata en vez de la Huerta Sur. Antifraude lo investigó por contratos de su empresa en municipios donde era alcalde con dedicación exclusiva, y críticos lo ven como «Mazón 2.0», con un historial de «falso testimonio» y contradicciones. En redes, memes y videos virales lo caricaturizan como «el heredero de la ocultación», con usuarios exigiendo: «¡Que caigan los tres: Mazón, Feijóo y Mompó!».
Génova, dividida, prefiere a María José Catalá (alcaldesa de Valencia, diputada autonómica y cercana a Feijóo), pero los provinciales la ven «lastrada» por su lealtad a Mazón y la excluyeron del pacto. Toni Pérez, desde Alicante, insiste en la «unidad» y la «fortaleza» del partido, pero advierte: «Cada momento se aborda en base a la realidad, no a hipótesis».
La semana del Juicio Final: ¿Dimisión, remodelación o urnas?
El lunes arranca el circo judicial: la periodista Maribel Vilaplana, que comió con Mazón en El Ventorro el día de la DANA (ignorando protocolos), declara como testigo y debe aportar el tique de parking que el president la acompañó a validar –un detalle que la jueza de Catarroja ve clave para reconstruir su coartada. La exconsellera Salomé Pradas ya contradijo a Mazón: «Le informé de todo, incluido el Es-Alert», y reveló que no atendió dos llamadas suyas esa tarde. El miércoles, remodelación exprés del Consell: sale el vicepresidente Francisco José Gan Pampols (Recuperación post-DANA), cubierto por el de Infraestructuras, en un «cambio mínimo» para ganar tiempo.
El PSPV-PSOE huele sangre: José Muñoz proclama que la semana es «clave para el futuro político y judicial» de Mazón, con víctimas dando voz en el Congreso y Vilaplana revelando «la verdadera cara» del president. «A Feijóo le crecen los problemas; a Mazón se le acaban las excusas», sentencian, exigiendo elecciones anticipadas para que «la dignidad vuelva al Palau». En X, el hastío es unánime: «De mal en peor: sale el hijo de puta de Mazón y entra el de Mompó», tuitea un valenciano furioso.
El PP valenciano, en «desconcierto y miedo», según militantes, enfrenta una «guerra por el poder» que podría fracturar al partido. ¿Salvación con Mompó o implosión total? Mientras Feijóo reúne a su comité este lunes –con Mazón y Mompó en la mesa–, la DANA sigue cobrando facturas: 229 vidas y un gobierno en ruinas. Valencia clama cambio, pero ¿a qué precio?






