Quién no recuerda al famoso Jesús Gil, presidente del Atletico de Madrid y alcalde de Marbella y con él a su amigo y confidente el caballo Imperioso. Falleció el Sr. Gil y dos años más tarde, en el 2006, su socio el equino “Imperioso”, lo cual no conlleva que con él feneciera su espíritu, hasta tal punto de estar convencido de que su espíritu ineludible, sigue cabalgando por nuestras tierras al igual que perduran las cabalgadas de Babieca o de Rocinante.
Y ya que hablamos de caballos, echemos una pequeña parrafada sobre los equinos al único objeto de entrar en ambiente. Pues bien, los caballos de hoy en día se encuadran genéticamente en el género Equus con dos especies, la americana Equus simplecidis y la europea Equus livenzovensis de la que derivan los asnos y las cebras, con lo cual podemos hacernos una idea mas concreta de por dónde van a ir los tiros a partir de ahora.
Al igual que no podemos hablar de Babieca sin recordar al Cid Campeador, de Rocinante sin recuperar a Don Quijote, no podemos mencionar a “Imperioso” sin establecer su conexión con Jesús Gil. Él mismo lo dijo en multitud de ocasiones, los asuntos urgentes, apremiantes, importantes, los consultaba con su “Imperioso”, era su “animal de confianza”. ¿Nos suena lo de confianza? ¿a que si? A mi personalmente me suena mucho durante cada legislatura, incluso un porcentaje de mis impuestos municipales va destinados a su manutención a pesar de que no merezcan un solo ápice de mi confianza la mayor parte de las veces. Mira por donde hemos descubierto la estrecha relación taxonómica entre políticos y los Equus asinus (nominados por algunos políticos “personal de confianza”).
Y que quede bien claro que no trato de menospreciar o subestimar a nadie. De todos es conocido el dicho de que el Equus asinus, el asno, el burro es el único animal que no tropieza dos veces con la misma piedra. ¿Podemos decir lo mismo de algunos votantes? Definitivamente, no, porque si cierto es que son también animales, lamentablemente tropiezan repetitivamente con los mismos políticos, diferenciándose así de los asnos, quiero decir del personal de confianza, a fin de cuentas para eso lo contratan con nuestro dinero. Por cierto que puestos a señalar virtudes sociales, similar alegoría podemos hacer, aprovechando la ocasión, con ciertos votantes que siempre se enganchan a las mismas siglas. No aprenden y así nos va… de arrechucho en revolcón.
Durante el repaso votacional, advertí un desfase censal: el número de los votantes encofrados en ciertas siglas sobrepasaba al número de Equus asinus censados, por lo que tuve que emplearme a fondo en la investigación del desfase, descubriendo al fin el origen diferencial. Resulta ser que la familia de los Equus pertenece al orden de los perisodáctilos mamíferos placentarios, como lo son otra familia de mamíferos, los bóvidos Bovidae, que a su vez tienen otra subfamilia, las cabras Caprinae y todos ellos tienen un habitat común, en nuestro caso Benidorm, quedando así resuelto el problema del desfase numérico. Y para ir resumiendo y al grano: sumando burros y cabras tenemos lo que tenemos, votantes aplaude-moscas, votantes afiliados, votantes simpatizantes, votantes a la carta (por correo), más los políticos recalcitrantes, y su personal de confianza… entre todos la mataron y ella sola se murió y ¿dónde le dieron política sepultura?: en Benidorm. Muerta la Democracia, ¡Viva la Democracia!.
Es curioso que mientras el sentido común y la propia ley obligan a que el personal de confianza lo sea para suplir con sus conocimientos la inexistencia de técnicos municipales con cognición adecuada y a la hora de contratarlos no se tome en consideración esta ineludible condición. Lo cierto es que si se tomara en cuenta no sería posible firmar el contrato de trabajo temporal sin caer en la prevaricación. A pesar de todo siguen signando contratos de personal de confianza, por ello estoy convencido de que “Imperioso” sigue cabalgando libremente con sus crines al aire por estos lares.
José Antonio Corachán Marzal
Diplomado en Anticorrupción