Vamos, vamos, sin amontonarse, sin liarse, tratemos de aclarar situaciones incómodas y desapacibles, es mas incluso como es el caso inmerecidas. Que ¿el vecino pone y el alcalde dispone? ¿qué ponen el uno y el otro?. Pero… ¿de qué estoy hablando?. Estoy hablando como no podía ser en otro momento, del último pleno del Consejo Vecinal con sus vecinos y con su Alcalde celebrado el pasado día 11. Por cierto, para no llamar a confusión, debí haber dicho realizado en lugar de celebrado. Celebrado conlleva reminiscencias de festejo, fiesta o kermés, y el horno del Consejo Vecinal no está para bollos, en cambio realizado es hecho, consumado, liquidado.
Alguien cambió el botonero del Teléfono Social de la Transparencia y Buen Gobierno de nuestro Ayuntamiento, de forma que cuando marcas un número convencido de que es el correcto, al otro extremo siempre sale un número equivocado o al menos no te responde quien esperabas. Siempre aparece una gaita o un gaitero que te cambia clave y tono y te arruina música y lírica. Y así andamos en ocasiones en el Consejo Vecinal, arruinados, consumidos, acabados, pero eso sí, con voz y con veto. Los vecinos ponemos la voz y el Alcalde permutando la gaita por la chirimita, el veto. Y aquí paz y allí gloria. Y si no te gusta, no repitas. Y a falta de pan, buenas son tortas. Y… ¡Señor, si Señor! Que para eso estamos.
Mira que estábamos contentos, felices, satisfechos, boyantes y dichosos, incluso en algunos momentos estábamos hasta dicharacheros y ¿todo porqué? Simple y llanamente porque en el Orden del Día teníamos previstas hasta tres comparecencias de tres concejalías delegadas. A saber:
PRIMERO: Concejalía de Bienestar Social y Tercera Edad, Cooperación, Inmigración y Cementerios.
SEGUNDO: Concejalía de Sanidad, Medio Ambiente, Playas, Empleo, Desarrollo Local y EE. AA. MM.
TERCERO: Concejalía de Limpieza Viaria, Espacio Público, Obras, Accesibilidad Universal, Movilidad y Ciclo del Agua.
Comprobará el lector a la vista de las competencias delegadas, que ya no se pueden pedir mas (competencias) por menos (salario + 12%) y simultáneamente constatará nuestro estado de ánimo pletórico de satisfacción, agrado y complacencia, pensando en la magnánima transparencia que hacia los vecinos mostraban las tres concejalías delegadas. Pues… nada de nada, la alegría del pobre alcanza lo que alcanza su bolsa y en nuestro caso como la bolsa esta esquilmada por tasas, impuestos, deudas y sentencias desfavorables, duró eso, un pestañeo, un abrir y cerrar de ojos, no alcanzó mas allá que un caramelo a la puerta de un colegio subvencionado.
Intervino el Alcalde y con su lucida palabra y glorificante dialéctica sentenció a la pena de 3 meses de espera, 90 días de demora, 2.160 minutos de dilación, eternos 129.600 segundos, antes de conseguir las deseadas comparecencias. Sentencia inapelable que nos tiene y mantiene en la ruina informativa, el desespero transparente y la ineficacia vecinal. Algunos de nosotros que andábamos tan felices como cabras al borde de un barranco, ahora nos da la impresión de haber pisado la piedra equivocada, y que vamos a caer al vacío hasta estrellarnos contra la Transparencia y el Buen Gobierno de nuestro Ayuntamiento.
Y todo ello por meter las narices donde nos interesa, en los temas que forman parte de nuestra vida diaria, de nuestras inversiones, de nuestra convivencia y calidad de vida. Nos pasa por ser unos chinches, metomentodo, quisquillosos e intolerantes cascarrabias.
Entono por mi parte un mea culpa vinculante, consciente y determinante al haber aprendido la magistral lección de el Alcalde sobre la utilización incorrecta del verbo SOLICITAR. Ya no volveré nunca mas a solicitar, en todo caso a pedir humildemente, y si en algún momento me enchulo al haber perdido la paciencia, a EXIGIR, que para eso yo pago como vecino, trabajo gratuitamente como consejero, mientras que Alcalde y Concejales delegados cobran tras haber jurado o prometido el buen fin de sus cargos.
A esta altura de la explicación de mi opinión sobre el último pleno ordinario del Consejo Vecinal, puede que el lector se pregunte:
PRIMERO: Si la redacción del Orden del Día no era la apropiada ¿porqué la firmó el Alcalde a sabiendas de que estaba mal?¿Lee antes de firmar?.
SEGUNDO: ¿Para qué se pedía la comparecencia de las tres concejalías?.
Esa es la cuestión, la sentencia me obliga al secreto vecinal, la prudencia a mantener la boca cerrada y la sensatez a esperar tres meses para publicar preguntas y respuestas.
A fin de cuentas la realidad es que el vecino propone y el Alcalde dispone.
José Antonio Corachán Marzal
Consejero Consejo Vecinal