Nadie cree ya las cifras oficiales tras detectarse desvaríos en las cantidades de defunciones en los registros civiles, donde incluso se llegan a apuntar desde algunas ciudades o regiones como Madrid o Castilla-La Mancha de que podríamos estar en cantidades que se multiplicasen por cinco o seis al ser comparadas las defunciones del 2020 con el mismo periodo del 2019.
Las cifras ofrecidas esta mañana por el gobierno de España sitúan a los muertos en 14.555, una cantidad que se ha visto incrementada en 747 respecto a las ofrecidas veinticuatro horas antes.
De las cantidades de contagiados ya casi nadie hace caso porque se sabe que, aparte de inciertas, son fruto de una política desastrosa donde la falta de controles, de test, y de tratamiento a través de los teléfonos a través de afectados que terminan muriendo en casa, ni aparecen como contagiados ni tampoco como muertos.
España está ofreciendo al mundo entero la peor imagen posible, y esa será una de las causas que nos hará muy dura la recuperación económica, sobre todo en el sector turístico, que tiene en estos momentos paralizada toda su actividad y la seguirá teniendo dadas las circunstancias y la irresponsabilidad de todo un gobierno y una oposición que en el peor de los sueños pudieron hacerlo peor, tanto los unos como los otros.
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