El club de fútbol que más hizo nombrar a Alicante ante el mundo entero tras su creación en 1922, el Hércules C.F., necesita el apoyo de todos los enamorados del deporte rey. Como todo en la vida, está atravesando momentos muy complicados, y esta noche dormirá colita de Segunda B tras su derrota frente al Llagostera en tierras de Gerona.
La derrota ha sido por dos goles a uno, y no es el momento de buscar culpables sino encontrar soluciones que saquen a parte de la historia del fútbol alicantino del socavón donde está inmerso en estos momentos. Posiblemente los aficionados deberíamos volcarnos con el equipo, con todos los jugadores, con el nuevo entrenador, y buscar a base de unión la fuerza que necesita el Hércules de Alicante.
La capital de nuestra provincia no puede ni tan siquiera imaginar que su mejor club estuviese la próxima temporada en una categoría inferior a la Segunda B. Ese terrible pensamiento sólo se puede evitar si la crítica la convertimos en iniciativas que sirvan para recuperar el terreno perdido y la alegría para todos.
De esta forma, la próxima semana debemos acudir al Rico Pérez y demostrar que Alicante, cuando quiere, logra sus objetivos. El Hércules y la ciudad lo merecen.
