Como todo hijo de vecino censado llevo unos días alertado y enclaustrado en mi domicilio por imperativo legal y mi sentido de solidaridad. Al principio de este periodo de reclusión y como profilaxis ante la clausura recurrí a zapear por las cadenas de televisión, saltando de las públicas (politizadas) a las privadas (mas politizadas) y terminé viendo la televisión polaca, consciente de mi desconocimiento del idioma, pero liberado de la infernal política. Ayer retorné al redil informativo nacional y volvió el baile de la estupidez estadística: Que si uno tiene mas infectados que otro, que si el otro tiene mas muertos que el de más allá… miseria y distorsión de la realidad.
Habilitándome en este repertorio andaba tecleando en el ordenador, cuando cual latigazo de reo encadenado a las galeras apareció en pantalla un chulo, el marqués disfrazado de pobre, para babear su discurso de siempre, por lo que me ví obligado a abandonar mis cálculos aritméticos y de arribada forzosa fondear en la lectura de la prensa escrita. Paseando por los muelles de ese puerto informativo detecté una serie de titulares coincidentes en un mismo tema: Las residencias de ancianos son al parecer tan peligrosas para los propios ancianos como pasear indolentemente por un campo atestado de minas unipersonales. Inmerso esta vez no por imperativo legal sino por los años que no pasan en vano, me dije: ¡Nene Caca! ¡Todo el mundo a los refugios! ¡Aléjense 1,50 m. mínimo de los geriátricos! ¡Peligro! ¡Danger! ¡Achtung! ¡Fare!… ¿Qué está pasando con las residencias? ¿El republivirus las ha cambiado? ¿Ya no son remansos de paz, lagunas de sosiego, zonas de descanso y cuidados para la vejez? ¿Acaso son campos de exterminio? ¿El republivirus es nazi? ¿Es facha? ¿Qué ha pasado?…
Soy presidente de una ONG, “Caring together”, y durante años nos hemos dedicado a cuidar enfermos utilizando y practicando los cuidados paliativos. Como es lógico la casi totalidad de nuestros enfermos eran personas mayores con problemas clínicos que hacen bajar sus defensas inmunológicas y de una u otra forma les llevan a una postrera etapa vital. Con esa misma lógica sobre la edad avanzada y la salud vacilante está actuando el republivirus. No obstante hay algo más. Ese “algo” se llama inversor privado falto de ética, moral y conciencia, que ha visto un floreciente negocio con los ancianos, vendiéndoles a ellos y a sus familiares un falsa felicidad postrera, restando calidad en el servicio que ofrece en las residencias en aras de un insano beneficio económico. Disminuir la calidad alimentaria y el número de cuidadores proporciona mayor rentabilidad a su inversión. Las visitas familiares se van restringiendo con el tiempo… los viejos se quejan por y de todo… y aquí paz y allí, en algunos geriátricos, penurias y privaciones difíciles de detectar.
Bueno, lo cierto es que si terminara con estas reflexiones mi artículo de hoy me quedaría corto en mi desfibrilación de verdades sobre las residencias geriátricas. Hace años y de una forma casual descubrí que en la Comunidad Valenciana hay tres categorías de residencias para ancianos: Las Públicas (responsabilidad de la Generalitat), las Privadas (de responsabilidad privada) y las Piratas (responsabilidad de las Hnas. de la Doctrina Cristiana) curiosamente las tres empiezan por P, no sabemos alguna de ellas como terminará pero lo suponemos. Hace años un amigo me comentó que su madre estaba enferma, que andaba buscando una residencia donde acomodarla. Le habían comentado que en Benidorm teníamos dos una pública y otra privada. En la pública no había plaza libre por el momento y en la privada con la que había contactado telefónicamente resultó ser exclusiva para religiosas de la Congregación de las Hnas. de la Doctrina Cristiana.
Visité la zona, en el Rincón de Loix, comprobando que en la parcela donde se ubicaba una Guardería Infantil con un rótulo “Fundación Cortés-Roig” había también un antiguo caserón utilizado al parecer como residencia. Aprovechando mi pertenencia al Consejo Vecinal, promoví la creación de una Comisión de seguimiento de Fundaciones y con ella la realidad de la citada Residencia Pirata (carente de Licencia de Apertura) y el extraño cambio de titularidad de la guardería, que de la noche a la mañana pasó desde la Fundación a la Congregación Religiosa.
Comprobé documentalmente (1) los fines de la Fundación y el abandono y desvío de los mismos por parte de la Fundación y de las religiosas voluntariamente dedicadas teóricamente a ellos, pero prácticamente a la enseñanza en su propio y exclusivo beneficio. De igual modo pude cotejar y comprobar (2) con mas de 20 notas simples registrales, que gran parte del patrimonio de la Fundación Roig-Cortés había desaparecido y que curiosamente las únicas obligaciones, que los mecenas habían impuesto a las Hermanas de la Congregación eran:
1. Educar y alimentar a los niños pobres residentes en Benidorm.
2. Cuidar y asistir a los ancianos pobres residentes en Benidorm.
3. Cuidar el panteón del matrimonio que creó la Fundación.
No encontré prueba alguna sobre la consecución de los dos primeros puntos y del tercero en el lugar del Panteón familiar, descubrí una gran losa de granito gris con la leyenda Hermanas de la Doctrina Cristiana, donde van siendo sepultadas las hermanas fallecidas en la península de toda la Congregación. He de confesar que en los ochenta años que llevo como católico nunca encontré una Doctrina Cristiana acorde con la practicada por las citadas hermanas. Con similar contrición confieso mi perplejidad cuando leo en una copia de un Acta (3) de la Fundación: La Superiora de la Congregación manifiesta la situación irregular de su residencia geriátrica en Benidorm ante los Patronos de la Fundación (parte de ellos autoridades en funciones), sorprendentemente sordos, y dice cambiar el nombre de residencia por Casa de las Hermanas Mayores para evitar la situación ilegal de la misma.
Tuve la ocurrencia de sumar a lo anterior quienes eran y habían sido y son los responsables de la Fundación Roig-Cortés: El Alcalde de Benidorm, el decano de los Notarios, el Comisario Jefe de la Policía Nacional, el Párroco de San Jaime y el maestro mas antiguo de las Colegios Públicos y lo publiqué en un periódico local… Suele decirse que la mejor defensa es el ataque… así que poco tiempo después obtuve como respuesta una querella interpuesta por la Congregación religiosa citada, por difamación e injurias reclamándome 50.000,00 € por daños y perjuicios. Por si no había quedado claro que había dado en la diana de un mayúsculo escándalo, poco tiempo después el ejecutor del Consejo Vecinal se encargó tras doble votación de enterrar la Comisión de Fundaciones, convencido de dar así final “in eternum” al molesto y peligroso affaire. Pero… siempre hay un pero… el muerto no recibió el tiro de gracia y con el desfibrilador ha resucitado…Y así ando hoy, por una parte intentando con la desfibrilización agilizar y facilitar el proceso de unas verdades molestas, peligrosas y azarosas para algunos, por otra parte preocupado con la incidencia inesperada del republivirus en la Residencia Geriátrica Fantasma de Benidorm.
José Antonio Corachán Marzal
(1) Protocolo Notario D. José Monfort Romero. Acta de Fusión 1 Junio 1973.
(2) Protocolo Notario D. José Monfort Romero. Relación de bienes.
(3) Acta Fundación Roig-Cortés. Libro Actas de la Fundación.