¡El plató de ‘El Hormiguero’ se convirtió en un festín de risas y confesiones este jueves, con Dabiz Muñoz como estrella absoluta! El chef revolucionario de DiverXO, que ya tiene tres estrellas Michelin en su corona, irrumpió con su cómic XOTIME –un viaje gráfico por sus locuras gastronómicas en busca de sabores imposibles– y una cata navideña que dejó a Pablo Motos babeando: turrones de pizza margarita, pollo crujiente, galletas con crema ahumada y nachos tex-mex que prometen ser el pecado dulce de estas fiestas. Pero el clímax emocional llegó cuando Muñoz abrió su corazón familiar, revelando cómo su hija Laia, de dos años, es la musa de su menú estelar: un plato dedicado a ella que fusiona texturas exóticas y amor paternal. «¡Desde los seis meses come sólidos de todo!», soltó con esa pasión que solo un genio de los fogones puede destilar, explicando su filosofía de crianza que ha convertido a su «terrorista» en una mini-gourmet sin miedos. ¡Imagina: una niña que devora cochocas indias mientras su papá conquista el mundo – esto es parenting con sabor a victoria!
La anécdota que robó el show fue un torbellino de ternura y caos adorable. Muñoz pintó a Laia como «un terremoto, una terrorista que ha salido a mí y a mi madre –yo soy la versión descafeinada de ella». Bromeó sobre su energía inagotable: «Hace dos semanas en Perú, en el restaurante de Gastón Acurio, me llevó a mis suegros para que me echasen una mano. Ha sido precioso, pero superintenso». Relató una cena épica con «un montón de gente supercool de Lima y Latinoamérica», donde Laia gritaba «¡papá, papá!» y se retorcía en los brazos de su madre, Cristina Pedroche, dejando al chef «loco» pero embelesado: «Veo en ella rasgos míos y de mi madre, y me genera una empatía brutal». Motos, entre carcajadas, pinchó: «¿De verdad un bebé de dos años pide cochocas indias?». Y Muñoz, con el orgullo de un padre guerrero, lo clavó: «¡Mi hija desde los seis meses come sólidos! Yo comía plastelina de pequeño».
El origen de esta filosofía es un viaje que huele a aventura familiar. Todo empezó en Singapur, donde exploraron el street food como trotamundos: «Todos los días comíamos de puestos callejeros y le dábamos para probar. Había cosas que le gustaban más, entonces por eso ese plato está inspirado en ella». El homenaje en DiverXO es poesía en el plato: «La cococha de pescadilla de pincho a la brasa con pilpil de hierbas, chuntey indio de tomates asados y garam masala» –un bocado que captura la curiosidad insaciable de Laia. Muñoz lo explicó con maestría: «Si a un niño le das texturas raras desde pequeño, no las extraña al crecer. Para una niña de seis meses era superfácil. Recurría a eso cuando quería que comiera pescado, porque hay algunos migosos y con seis o siete años me daba miedo». Motos, rendido, soltó: «¡Eres un crack!», mientras el plató estallaba en aplausos por este chef que no solo conquista estrellas, sino corazones infantiles.
Esta no es solo una charla; es un manifiesto de amor loco y crianza audaz en un mundo de papillas insípidas. Dabiz y Cristina, padres modernos que equilibran fogones y pañales, nos recuerdan que educar con sabor es la mejor receta para una vida plena. ¿Probarás el turrón de pizza estas fiestas, o te animas a un plato «Laia» en casa? En Agencia6, vibramos con esta explosión de familia y fogones: ¡Dabiz, por muchos más terremotos deliciosos!
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