Cuando un alcalde recibe al «capo» de los trileros en la puerta del Ayuntamiento, al final pasa lo que pasa en Benidorm….

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Recuerdo cuando en la recta final de la legislatura 2011-2015, el Ayuntamiento de Benidorm, entonces en manos socialistas, aprobó en Pleno una partida presupuestaria para lanzar una campaña «promocional» en contra de los trileros a través de los hoteles, creando folletos explicativos en diferentes idiomas unido a material audiovisual que se puso en las pantallas de televisión de los establecimientos, sobre todo los asociados a Hosbec, entidad que como siempre, falla más que una escopeta de feria en sus iniciativas.

Entonces muchos dijimos que más que luchar para evitar la estafa hacia los potenciales clientes de los trileros, lo que se estaba haciendo era potenciar y publicitar el asunto. El dinero de aquella campaña lo pusimos entre todos proveniente de nuestros impuestos, y los trileros continuaron actuando sin problemas en las calles y avenidas de la ciudad.

En mayo de 2015 hubo cambio de gobierno, y una de las primeras imágenes que tuvimos del actual alcalde, el siniestro Toni Pérez, que por entonces acaba de tomar la vara de mando, fue saludando al presunto líder de los trileros en la mismísima Plaza del Ayuntamiento, precisamente el día en el que los británicos se habían manifestado una hora antes contra las políticas locales ante el incremento de la delincuencia, prostitución y trile en las calles de Benidorm.

Aquel día Toni Pérez se cubrió de gloria. Demostró que su larguísima trayectoria política le había servido para burlarse de los británicos mientras abrazaba al presunto capo del trile en la ciudad de Benidorm en la mismísima puerta del Ayuntamiento. Hoy es noticia la paliza que han dado a un británico esta gentuza. Empezamos a recoger lo que se ha sembrado

Esta es una de las imágenes más perversas de la reciente historia de Benidorm, el alcalde recibiendo en el Ayuntamiento al capo de los trileros. Foto: Archivo

A todo ello, hemos escuchado miles de intervenciones de diputados y senadores, especialmente del popular Agustín Almodóbar, luchando en Madrid para lograr que el Código Penal recogiese como delito grave lo que sucede en las calles de la ciudad. Pese a su insistencia, que hay que reconocérsela por encima de otros que no han hecho nada al respecto por el Congreso y Senado, no se ha conseguido nada. Los trileros siguen……y se ríen de todos. Incluso hace poco la Justicia nos dejó helados con alguna que otra decisión polémica al respecto en Benidorm.

Durante este verano, dentro del «mundo maravilloso» en el que vive el alcalde y sus palmeros, llegaron a llenar páginas de periódicos diciendo con grandes titulares que «Benidorm acorrala a los trileros». Y la verdad la sabemos todos, y es que Benidorm no ha acorralado a nadie porque nadie quiere acorralarlos. Esa es la verdad, y ellos sabrán por qué. Los ciudadanos tenemos nuestras sospechas, que no hace falta que las repitamos aquí.

¿Por qué decimos esto?. Sencillamente porque este fin de semana, en un alarde de idiocia terrible, que forma parte de otra campaña horrorosa contra la ciudad y a favor de los trileros, se nos ha dicho que están preparándose charlas en los hoteles para concienciar a los turistas que provengan del IMSERSO en un futuro con el fin de que no «caigan» en las redes de los del juego de la patatita.

Se demuestra con ello dos cosas. La primera, que los trileros siguen campando a sus anchas y ni hay acorralamiento ni nada de lo dicho desde la casta gobernante; y la segunda, que se sigue tomando por imbéciles a los turistas, dando por sentado que quienes nos visitan tienen un coeficiente intelectual tan bajo que son incapaces de ver que los trileros de Benidorm, los de la calle y los que lo permiten, son unos estafadores. Y ahora, además, violentos. Todo por supuesto, con la anuencia de las autoridades políticas.

Quien no lo quiera ver, tiene un problema. Basta con mirar la foto para entenderlo todo. Ellos dos, alcalde y trilero, sabrán por qué se llevan tan bien. Mientras tanto, Benidorm va languideciendo a marchas forzadas. Y aquí, los culpables tienen nombres y apellidos. Sin más.

Un saludo.

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