Qué cosas tiene la vida, amigos lectores de Agencia6. En un año donde el turismo ha desparecido casi en su totalidad en nuestra provincia, y cuando «los pozos de petróleo» se nos han secado cuando nadie lo esperaba debido al covid, resulta que los políticos de la Capital Europea del Turismo de Sol y Playa, Benidorm, estaban dedicados a complicar la vida a sus ciudadanos con el asunto de la «transición ecológica» impuesta por los progres de España. Andaban y andan ocupados no en buscar clientes por el mundo, sino en complicar la vida a los que vivimos aquí.
Un enfático galimatías de colorines, de condiciones, de historias para no dormir, está complicando la existencia a empadronados, a visitantes, a los pocos turistas que llegan en coche, a los comercios, a los hoteles, a las pymes, a los autónomos……y mira por donde, el único territorio que se había quedado sin «regular» por los aristotélicos políticos locales, sus playas y costa, ahora resulta que se colapsa día tras día con la llegada de pateras cargadas de inmigrantes.
Hoy, un espectacular rescate en la zona de la Cala del Ti Ximo ha demostrado que ahora nos hemos puesto de moda entre quienes desean abandonar el tercer mundo…..para aterrizar en «el cuarto», que es donde nos dirigimos precisamente por la sapiencia y buena gestión de los actuales gestores de todo lo público, se llamen socialistas, podemitas, populares, naranjitos, lilas, extrema derecha, izquierda y la madre que los parió a todos.
En Benidorm hay gente que está pasando hambre, y ahora….»si éramos pocos, parió la abuela» como dice el sabio refranero español. Si las ONG´s locales no daban abasto repartiendo beneficiencia, hay que repartir entre algunos más. Y no voy a citar otro dicho popular, aquel que dice «donde comen tres, comen cuatro», porque al final, y a la vista de como evoluciona la cosa, pasarán o pasaremos hambre los cuatro.
Es imposible ver a más inútiles unidos en el empecinamiento de llevarnos a la ruina. Ahí los tenemos, y lo peor de todo, es que los pobres que vienen atravesando mares y desiertos para alcanzar nuestras costas aunque sea en acantilados, ni se imaginan en el territorio donde han ido a poner el huevo. Por muchas ayudas y fandangos que les prometan, tal y como está el patio, es pan para hoy, y hambre para mañana.
Soy consciente del abusivo uso del refranero que estoy haciendo, pero menos mal que hemos heredado sapiencia popular de un gran país como es España donde hubo gente sabia, competente, responsable y sensata. Lo de ahora, créanme, no tiene nombre.
Que Dios nos pille confesados.