Albert Rivera deriva a los líderes autonómicos de PP, Cs y Vox el desbloqueo político en Madrid y Murcia

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El presidente de Vox, Santiago Abascal, acudió ayer a la Región de Murcia —donde el jueves impidieron la investidura del popular Fernando López Miras como presidente autonómico— y pidió a sus homólogos del Partido Popular y Ciudadanos, Pablo Casado Albert Rivera, una reunión a tres para «desbloquear» la situación en la que se encuentran los pactos en la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia. Desde el PP se mostraron dispuestos a acudir a la cita, pero en Ciudadanos descargaron la responsabilidad en los equipos negociadores de cada comunidad autónoma.

A pesar de la petición, Abascal no escatimó en críticas hacia los dos partidos con los que quiere reunirse y acusó a los populares de mantener una postura equidistante ante el «chantaje» y el «apartheid» que denunció que estaban sufriendo por parte de los liberales. Por si fuera poco, se sacó un nuevo as de la manga: si no hay pacto con Cs, solo apoyarán un gobierno del PP en solitario.

Durante la rueda de prensa que concedió, Abascal denunció las «trampas y mentiras» del equipo negociador del PP «durante todo el proceso, tanto en la Comunidad de Madrid como en la Región de Murcia». Tras la investidura fallida de López Miras el jueves, Teodoro García Egea, uno de los involucrados en las negociaciones y secretario general de los populares, afirmó que Vox les había garantizado una abstención que finalmente no existió —de hecho, negaron haber hecho tal promesa al PP—. Además, el número dos de los populares fue bastante duro en su intervención y llegó a llamarles «ultraderechita cobarde».

«Se acaba la paciencia»

Con respecto a Ciudadanos, el presidente de Vox les acusó de intentar someterles a un «apartheid» y a un «chantaje» al obligarles a «regalar» sus votos a un partido que no quiere dialogar: «Se nos está acabando la generosidad y la paciencia». Abascal recordó que, gracias a su partido, Ciudadanos preside los parlamentos de Madrid, Murcia y Andalucía, además de ostentar la vicepresidencia y cinco consejería andaluzas y la vicealcaldía de Madrid. Tras esto, volvió a la carga contra el Partido Popular, del que denunció su postura equidistante ante esta situación.

Aun siendo crítico con las dos formaciones, Abascal apeló a «la gravedad de la situación» y a su «vieja amistad» con Rivera —del que recordó que había participado en actos y conferencias de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes), dirigida por el líder de Vox hasta 2014— para que la reunión tuviera lugar. Reiteró que tendía de nuevo la mano a ambas formaciones y que había despejado su agenda de hoy para que los tres líderes pudieran encontrarse en el Congreso de los Diputados: «Por nosotros no va a quedar».

Órdagos

Para meter presión a Cs, Abascal lanzó un nuevo órdago: «Si Rivera insiste en no alcanzar un acuerdo con Vox y a la vez exigir nuestros votos, propondremos al PP un gobierno en solitario en Murcia». De esta forma sería Cs quien tendría que abstenerse —posicionándose, si no lo hicieran, junto a PSOE y Podemos— para «no someter a Vox al chantaje de entregar sus votos a fuerzas políticas que ni siquiera quieren sentarse con nosotros», aseguró el líder de Vox.

Las fuentes populares consultadas aseguraron que «el Partido Popular ha demostrado desde el principio un talante de diálogo con todas las fuerzas políticas implicadas en estos procesos» y añadieron que no veían «ningún problema» en que la reunión tuviera lugar, dejando caer la pelota sobre el tejado de la formación liberal. Sin embargo, en Ciudadanos prefirieron escurrir el bulto.

En una rueda de prensa tras la reunión del Comité Permanente del partido, Inés Arrimadas, su portavoz, evitó contestar directamente a la propuesta. Los periodistas le preguntaron hasta en cuatro ocasiones si habría un encuentro, pero ella remitió a los comités negociadores de cada comunidad. Fuentes del partido confirmaron más tarde que Abascal escribió un mensaje a Rivera, según informa Juan Casillas, y que este le respondió en la misma línea que Arrimadas: si van a rectificar su sentido del voto, que lo trasladen a los equipos autonómicos.

Pero Abascal fue bastante claro: «PP y Cs tienen la responsabilidad de lograr nuestro apoyo. Nosotros no tenemos ni la responsabilidad ni la obligación de darles gratuitamente nuestros votos». Precisamente, ambos partidos llegaron ayer a un acuerdo para gobernar conjuntamente la Comunidad de Madrid. Eso sí: dependen de los votos de Vox para tener éxito y este apoyo, de momento, no está asegurado.


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