¡Un grito de «¡No toque, no toque!» que retumba como un eco de indignación en las calles de Madrid! La Policía Nacional ha detenido al presunto agresor de dos activistas de Femen que irrumpieron en la misa por el 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco, organizada por su familia y fundación en la parroquia de los Doce Apóstoles. El incidente, un pulso de tocamientos no consentidos y empujones que duró solo minutos pero dejó una estela de rabia, ha sido calificado como un «compromiso firme» contra la violencia sexual por el delegado del Gobierno en Madrid. ¡En un acto cargado de banderas preconstitucionales y merchandising falangista, las jóvenes –con pechos al aire y pancartas afiladas– gritaron «Fascismo legal, vergüenza nacional» y «Al fascismo, ni honor ni gloria», solo para ser interceptadas por un vendedor que cruzó la línea roja, arrebatando carteles y tocando sus cuerpos en un arrebato que la ley no perdona!
El caos estalló el 20 de noviembre en el corazón de la capital, frente a la parroquia de los Doce Apóstoles, donde la familia Franco y su fundación reunían a fieles para conmemorar el medio siglo de la muerte del dictador. Las activistas de Femen, fieles a su estilo provocador, irrumpieron con torsos desnudos y consignas que cortaban como cuchillos, desafiando el ambiente cargado de simbología preconstitucional. Pero el clímax llegó cuando un hombre –vendedor de un puesto de merchandising de la Falange y la era franquista, con una bandera española antigua en mano– las confrontó: tocamientos en los pechos, empujones furiosos, insultos que volaban como dagas y el arrebato de una pancarta por parte de una mujer del entorno. «Señor, que no toque, que no toque», exclamaron las jóvenes en un grito que se viralizó al instante, antes de replegarse y marcharse por su cuenta, sin lesiones graves pero con el alma marcada por la agresión. La protesta, un relámpago de solo unos minutos, se disipó en el aire, pero el vídeo captado por testigos ha sido el detonante de una investigación exprés.
La respuesta policial fue un rayo de justicia en la tormenta: la Policía Nacional actuó con celeridad, identificando y deteniendo al presunto agresor en las horas siguientes al suceso. El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, no se mordió la lengua: «Expreso el compromiso firme contra la violencia sexual, en defensa de los derechos de las mujeres y garantizando el libre ejercicio de la manifestación sin coacciones ni agresiones». Esta detención no es un parche; es un mensaje rotundo en un contexto donde los actos franquistas siguen avivando polvorines ideológicos, y las activistas de Femen –pioneras en protestas corporales contra el machismo y el fascismo– han convertido su vulnerabilidad en arma de denuncia global. Asociaciones feministas ya alzan la voz: «No es un roce aislado; es el eco de un pasado que no muere y que ataca cuando se desafía».
Este no es solo un incidente; es el pulso de una España dividida, donde el aniversario de Franco choca frontalmente con voces que reclaman memoria y dignidad. ¿Resistirá el agresor los cargos por agresión sexual y coacciones, o será el principio de una ola de denuncias en eventos similares? En Agencia6, el corazón late con estas guerreras que no se callan: ¡»No toque» no es un susurro, es un rugido! Sigue las novedades judiciales en nuestras redes para el veredicto que podría marcar precedente – porque cuando las activistas gritan, el silencio de la historia se rompe.
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