Messi avisó al principio de temporada: «quiero esa copa tan linda». Y no va a parar hasta conseguirlo. El argentino demolió las ilusiones de un Liverpool que se llevó un castigo cruel del Camp Nou. El Barcelona triunfó en el frenesí y dejó vista para sentencia la semifinal de la Champions con un 3-0 comandado por la gigante figura de una ‘pulga’ imparable.
Marcó dos tantos Messi, los dos en una segunda parte en la que el Liverpool mandó sobre el campo en busca de un tanto que igualara el primero del Barça, marcado por Luis Suárez en una primera mitad frenética en la que no hubo un minuto para el respiro. El choque entre ambos equipos fue maravilloso, toda una colección de ataques a un ritmo altísimo que acabó con un resultado más desnivelado del esperado.
Tarea titánica la que tendrá el Liverpool de Klopp para intentar remontar dentro de seis días en Anfield. Un sueño imposible para el que tendrán que desactivar a un Messi que inutilizó las armas de Klopp y el inmenso partido de Salah. No sirvió de nada. Ter Stegen y los palos evitaron un gol a domicilio de los ‘reds’.
No hubo tiempo para contemporizar en un partido que arrancó disparado. Como si de un descuento con resultado ajustado se tratase, Barcelona y Liverpool dispusieron de tres llegadas al área rival en los primeros minutos de partido. Con las sorpresas de Vidal en el once de Valverde y de, sobre todo, de Wijnaldum en el de Klopp, que dejó a Firmino en el banco.
Suárez se estrena en la Champions
No pareció echar de menos al brasileño el equipo inglés, que dispuso de un buen puñado de ocasiones en el toma y daca continuo de los primeros 45 minutos en los que Messi pidió una clara mano de Matip en el área no señalada ni revisada por el VAR y el Barça consiguió adelantarse por medio de Suárez.
El uruguayo eligió un buen día para estrenarse en esta Champions. Todavía con su contador a cero, el ‘9’ aprovechó un pase al hueco del imprescindible Jordi Alba para batir a Alisson al rematar de primeras al primer palo tras colarse entre la defensa rival.
El 1-0 provocó que el Liverpool llevase la iniciativa en la segunda parte, que comenzó con su defensa muy adelantada y acosando la portería de un Ter Stegen inmenso. En cancerbero alemán evitó el empate en dos ocasiones clarísimas de Milner y Salah. Dos disparos cruzados pusieron a prueba al meta, que resultó crucial para el devenir del partido.
Espectacular doblete de Messi
Y cuando el Liverpool rondaba el empate, el Barça amplió su renta. Tras un tiro al larguero de Suárez, Messi apareció por allí para empujar a la red el segundo tanto del equipo azulgrana. El argentino pidió al público que aplaudiese y no silbase, después de que su compañero Coutinho se marchase del campo con una ligera pitada.
Klopp reaccionó al 2-0 metiendo a Firmino en el campo pero no le sirvió de mucho. Messi estaba desatado y llevó a los cielos a los aficionados culés con un golazo de falta en el minuto 81. Desde una distancia lejana, el argentino la clavó en la escuadra y firmó su tanto número 600 con la camiseta azulgrana, el 12º en los nueve partidos que ha jugado esta Champions y que le alzan como máximo goleador. La semifinal estaba sentenciada y de qué manera.
El Liverpool, sin embargo, no se rindió, pero se estrelló contra el palo en un disparo de Salah precedido de una jugada de múltiples ocasiones. No era su día de cara a puerta. Y tampoco lo fue el de Dembélé, que erró dos contras francas que hubieran ampliado la ya de por sí amplia ventaja del Barcelona para la vuelta en Liverpool.