España se consolida como un imán para la migración permanente en un contexto de enfriamiento global. Según el último International Migration Outlook de la OCDE, publicado este lunes, el país recibió 368.000 inmigrantes de larga duración en 2024, un 1,8% menos que el año anterior, pero manteniéndose en «niveles históricamente altos» y posicionándose como el quinto mayor receptor entre los 38 países miembros, solo por detrás de Estados Unidos, Alemania, Canadá y Reino Unido. Estos cinco destinos acapararon la mitad de las entradas permanentes en la OCDE, un total de 3,27 millones, en un año donde la migración laboral se desplomó un 21% en el conjunto de la organización.
El informe, referente clave para rastrear tendencias migratorias, revela un panorama mixto: mientras la UE vio caer un 8% sus flujos permanentes tras tres años de alzas, España solo moderó el ritmo en un 1,8%, con un incremento acumulado del 50% en el último lustro. «La política de puertas abiertas del Gobierno» explica esta resiliencia, frente al endurecimiento en Alemania, donde las cifras han retrocedido a niveles pre-pandemia. En paralelo, la llegada de 600.000 inmigrantes netos en 2024 –un 50% más de lo previsto– ha impulsado el PIB español, aportando hasta 1,5 puntos de crecimiento según estimaciones del INE.
Un desglose por motivos: familia por encima del empleo
De las 368.000 entradas permanentes a España, la composición es reveladora:
- 39% por reagrupación familiar: La principal vía, incluyendo acompañantes, que creció un 18% en la OCDE.
- 32% por libre circulación intra-UE: Principalmente de Rumanía, Italia y Portugal.
- 6% laboral (22.080 personas): Un mínimo histórico, pese a que la migración temporal se estabilizó en 2,3 millones de permisos OCDE-wide, un 26% más que en 2019.
- 5% humanitaria: Refugiados y asilo, en descenso global.
- El resto: estudiantes (70.000 permisos terciarios) y temporales no UE (55.900).
Esta caída en la inmigración laboral –que solo representó el 17% del total OCDE– afecta especialmente a España, Alemania, Francia y Países Bajos, tras picos post-Covid. Sin embargo, los niveles siguen por encima de 2019, y la OCDE destaca el empleo de inmigrantes en máximos (7,3% de paro medio). En España, dos millones de nacionalizaciones en 15 años –mitad marroquíes, ecuatorianos o colombianos– ilustran la «radiografía de los nuevos españoles».
| País OCDE | Migración permanente 2024 | Variación vs. 2023 | % del total OCDE |
|---|---|---|---|
| EE.UU. | 1.400.000 | +5% | 27% |
| Alemania | 586.200 | -10% | 11% |
| Canadá | 483.600 | +8% | 9% |
| Reino Unido | 435.700 | -3% | 8% |
| España | 368.000 | -1,8% | 7% |
Políticas y desafíos: ¿Hacia una migración más ordenada?
La ministra de Inclusión, Elma Saiz, aprovechó la presentación del informe para anunciar la reforma del Reglamento de Extranjería, con énfasis en fomentar la migración laboral regular y segura. España ha renovado acuerdos bilaterales con cláusulas de derechos humanos, alineándose con el Pacto de Migración y Asilo de la UE y la Declaración de Los Ángeles en América. Además, se impulsan planes de integración: trasposición de la Directiva de Tarjeta Azul para atraer talento cualificado, y medidas contra la discriminación en vivienda y empleo.
A nivel global, la OCDE nota una estabilización: detecciones irregulares en fronteras UE bajaron un 37%, y retornos crecieron desde 2021. Pero el informe advierte de riesgos: el auge de temporal (2,3 millones de permisos) y asilo (récord en 2023) exige más coordinación. En España, el déficit habitacional y la presión en servicios públicos –exacerbados por el boom demográfico– urgen respuestas. «La migración es un motor económico, pero debe ser gestionada para maximizar beneficios», resume el editorial de la OCDE.
Con el PIB español rozando el 2,5% gracias en parte a esta mano de obra, el reto es equilibrar apertura con sostenibilidad. ¿El próximo foco? El emprendimiento inmigrante, que ya representa un tercio de nuevos negocios en la OCDE. En un mundo post-pandemia, España no solo recibe: integra y crece.
