VOX pide dinero para financiar la campaña electoral tres meses después de desviar cinco millones a la fundación de Abascal

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De acuerdo con las últimas cuentas anuales presentadas por Vox, correspondientes al ejercicio 2021, el partido verde contaba con una saneada tesorería de 14,8 millones de euros de los cuales, un 65%, 9,7 millones, procedieron de las subvenciones públicas con las que prometían terminar. Parece que este inmenso caudal económico ya no es suficiente para los de Abascal, puesto que con la vista puesta en las elecciones municipales y autonómicas, Vox ha iniciado una campaña de recogida de fondos entre sus afiliados.

Algunos de los airados comentarios de la militancia o ex cargos, que Vox se apresura a borrar.

Afiliados Hucha

Con la eliminación de las primarias, y la supresión de todos los órganos de representación horizontal, los militantes de vox han devenido en cajeros automáticos sin voz ni voto, con la única función de dar dinero a voluntad de sus dirigentes. Este hecho, sumado a unas listas electorales en las que una vez más ha reinado el dedazo, ha supuesto que la campaña de recaudación entre afiliados cuente ya con un enorme rechazo interno, que se ha traducido en multitud de quejas a través de las redes.

No hay dinero para campañas, si para Abascal

Esta repentina escasez de fondos resulta especialmente llamativa después de que hace solo tres meses El País revelase que Vox había desviado hasta cinco millones de euros (casi la mitad de los fondos del partido) a la fundación Disenso, presidida y manejada por Santiago Abascal y su pequeña camarilla de acólitos. Dos de estos millones se transfirieron además sin la aprobación de las bases.

Esta fundación, en teoría dependiente del partido, pero absolutamente autónoma en su funcionamiento, también fue señalada por Macarena Olona, por su opacidad y la falta de explicaciones sobre el destino de sus ingresos, el salario o las dietas de Abascal y sus miembros o los gastos de sus actividades.

Así mismo, el partido ha evitado hacer públicos los emolumentos que el propio Abascal recibe por su cargo de presidente, aunque en 2014 estos ya ascendían a 6137€ mensuales, a los que deben sumarse los sueldos, salarios y dietas de su actividad parlamentaria, cercanos a los 8000€ mensuales en total. En 2019 (último año en el que vox esbozó estas cifras) tanto Abascal como sus tres asesores más próximos recibieron del partido unas retribuciones «globales» de 256.028 euros.

Pantallazo de la web de Vox en 2014, mostrando el abultado sueldo que sus dirigentes ya percibían, aun siendo un partido marginal

Oscura financiación

Adicionalmente a las cuotas y las subvenciones, el partido organiza periódicamente mesas informativas en las que se «regala» merchandising a cambio de «donativos». Por supuesto, estas mesas han sido denunciadas en multitud de ocasiones por afiliados y cargos que han criticado que las donaciones solo son ventas encubiertas, y que se utilizan para blanquear dinero mediante la conocida formula del pitufeo.

Lo cierto es que estas mesas siempre declaran recaudaciones de 299€, puesto que, curiosamente, es a partir de los 300€ que la ley impone identificar a los donantes so pena de considerar ilegal la financiación de los partidos que incurran en estas omisiones.

Mientras tanto, otros cargos y ex cargos, como el concejal de Vox en Valencia Vicente Montañez, o la concejala de Vox en Orihuela Asunción Aniorte, han denunciado que la formación en Madrid les exigía «que la asignación que el Ayuntamiento da a los grupos municipales se transfiriera íntegra a la cuenta de Vox España«, lo que hace aún más sorprendente que ahora Vox reclame dinero a su militancia para devolverlo a sus agrupaciones locales.

Una de las mesas informatvas de Vox en las que llegan a recaudar «donaciones» de hasta 299 euros gracias a pulseritas y pines

Peligrosa estrategia

La última campaña de financiación de Vox para estas elecciones municipales y autonómicas se mueve además en un terreno gris. Si bien la  Ley Orgánica 8/2007 de financiación de partido políticos permite las donaciones siempre que sean nominativas, no finalistas, y no superen los 50.000 euros anuales por persona física, también es cierto la misma ley prohíbe a los partidos políticos aceptar que terceras personas asuman de forma efectiva el coste de sus adquisiciones de bienes, obras o servicios o de cualesquiera otros gastos que genere su actividad habitual, por lo que cualquier donación destinada a financiar una campaña electoral podría ser considerada una operación asimilada y, por lo tanto, ilegal.

Así mismo, la LOREG permite que los partidos políticos reciban un adelanto de las subvenciones que les corresponderían en base a la previsión de sus resultados, por lo que Vox dispondría una formula de financiar su campaña menos gravosa para sus bases, si bien, la LOREG también exige que los partidos devuelvan esta subvención si no alcanzan esta expectativa, por lo que Vox podría no estar tan seguro de los felices resultados que pronostican las encuestas, o sencillamente, prefiere pedir dinero a un fiador que nunca le va a exigir que se lo devuelva.

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