¡Un virus asesino que acecha en los bosques catalanes y amenaza con devorar la industria porcina de España! La peste porcina africana (PPA), esa plaga sin piedad que ya ha cobrado dos vidas de jabalíes en Bellaterra (cerca de la UAB), se expande como un incendio forestal, impulsada por una cepa «muy virulenta» que no tiene vacuna y mata al casi 100% de los cerdos infectados. Con ocho sospechosos más en análisis y un radio de cuarentena que abarca 64 municipios, las autoridades claman por contención extrema: parques naturales cerrados, UME desplegada y alertas a senderistas que podrían llevar el virus en sus botas a Andalucía. ¡Expertos advierten de un «palo económico brutal» si salta a granjas –España, líder exportador de jamón ibérico, podría sacrificar cientos de miles de animales y ver paralizada la montanera! En un país que exporta miles de millones en carne de cerdo, esta «punta del iceberg» podría ser el detonante de una crisis que no avisa, recordándonos que un jabalí equivocado puede costar fortunas.
El brote, detectado el 1 de diciembre en Cerdanyola del Vallès, es un thriller biológico que empezó con dos jabalíes muertos en zonas boscosas cruzadas por la C-58 y AP-7. «Se sospecha genotipo 2, muy virulento, circulante mundialmente», explica Yolanda Revilla, directora del Laboratorio de PPA del CBMSO-CSIC, quien analiza 40 muestras con ocho sospechosas. El virus, resistente a 40°C y persistente meses en el ambiente, entró probablemente por un jabalí fronterizo con Francia o en un «bocadillo contaminado» por carretera, según el conseller Òscar Ordeig. No salta a humanos –»No nos afecta nada, es económico», asegura Daniel Pérez Núñez, biólogo del CSIC–, pero entre suidos es letal: «Si huelen heces o fluidos, contagio inmediato», detalla Pérez, con mortalidad del 100% en cerdos si la carga viral es alta.
La respuesta ha sido un despliegue de guerra: cuarentena en tres parques naturales (Sant Llorenç, Marina y Collserola), UME con 117 efectivos desde Madrid y Zaragoza, y prohibición de caza y actividades. «Si no controlamos en jabalíes… la expansión es total», advierte Revilla, quien ve en los senderistas el vector humano clave: «Se lo llevan en suelas a Andalucía, y adiós». Luciano Díez, presidente de Veterinarios de León, minimiza: «No granjas afectadas aún, no alarma». Pero Marta Sitjà de Hipra lo pinta negro: «Lejos de vacuna; ensayos en 2026». El impacto? España, tercer exportador global de porcino, podría ver sacrificados «miles o cientos de miles» si salta a domésticos, paralizando la montanera ibérica.
Esta PPA no es novedad –endémica en España de 1960-1994–, pero su regreso es un mazazo: «Problema económico de primer nivel», clama Revilla, con brotes en Italia y Hungría como aviso. ¿Punta del iceberg o episodio aislado? Pérez Núñez: «Más tiempo circulando, más expansión». En Agencia6, el pulso porcino late con urgencia: ¡cerrad botas y cazad el virus antes de que devore la industria! Sigue cuarentenas en redes – porque un jabalí enfermo no come jamón, pero España sí.
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