- En un movimiento que evoca los fantasmas de la Guerra Fría, fuentes rusas han confirmado la reactivación del sistema Mozyr, el «escudo de escopeta» desarrollado en secreto por la URSS en los años 70 para pulverizar cabezas nucleares enemigas. Ahora, adaptado con radares de fase GaN y algoritmos de IA para contrarrestar amenazas hipersónicas como el Avangard o el Kinzhal, este concepto de defensa terminal cinética podría desplegarse en silos del RS-28 Sarmat antes de finales de año, fortaleciendo la disuasión nuclear en un contexto de escalada global.
Rusia revive el legado soviético: Mozyr regresa como escudo cinético contra misiles hipersónicos en 2025
El Ministerio de Defensa ruso ha anunciado de forma velada, a través de un comunicado durante los ejercicios Zapad 2025, la integración de una versión modernizada del sistema Mozyr en las defensas de silos ICBM. Desarrollado originalmente bajo el código Izdeliye 171 por el KB Mashinostroyeniya en Kolomna, este proyecto —supervisado por el ministro Ustinov e involucrando a 250 empresas de 22 ministerios soviéticos— buscaba crear una barrera física de «nube letal» para proteger silos vulnerables de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) contra ataques estadounidenses.
En esencia, Mozyr opera como un cañón multicañón (con entre 80 y cientos de tubos, según fuentes desclasificadas) que lanza varillas de tungsteno o esferas de acero endurecido a velocidades de hasta 6 km/s, formando una «tormenta cinética» en la baja atmósfera. Esta salva densa intercepta y fragmenta ojivas en fase terminal, previniendo detonaciones nucleares al dañar su integridad estructural. A diferencia de misiles interceptores exoatmosféricos caros y limitados, Mozyr es un sistema de bajo costo, autónomo y de «último recurso», con detección, guiado y control de fuego integrados.
Pruebas olvidadas y resurgimiento técnico
Aunque las pruebas iniciales en el polígono de Kura (Kamchatka) entre 1985 y 1988 demostraron éxito —usando ICBM desarmados SS-18 Mod 4 lanzados desde Plesetsk o Baikonur contra un silo simulado, iluminando el cielo nocturno con fragmentos de ojivas derribadas—, el colapso soviético en 1991 cortó fondos. El radar 5N65 (Flat Twin) del fallido ABM 5K17 validó las intercepciones, pero el proyecto languideció hasta 2012, cuando alusiones oficiales sugirieron su reactivación para contrarrestar MIRV y señuelos.
La versión 2025 incorpora avances como recubrimientos de grafeno en las varillas para resistir temperaturas de reentrada hipersónica (hasta 4.000°C) y algoritmos de IA para discriminar amenazas reales de señuelos en entornos saturados. Pruebas recientes en Kamchatka, integradas en Zapad 2025, han simulado defensas contra el Oreshnik ruso —un misil balístico hipersónico derivado del RS-26 Rubezh— y han logrado tasas de éxito del 85% contra blancos maniobrables a Mach 10-12. El sistema se desplegará bajo cúpulas blindadas giratorias, con una probabilidad de cierre cinético que, según analistas, podría duplicar la supervivencia de silos en un primer golpe.

En paralelo, Estados Unidos evaluó un análogo en los 80 —el Swarmjet, con miles de cohetes no guiados para silos MX/Peacekeeper—, pero lo descartó por violaciones al Tratado ABM de 1972. Tras su abrogación en 2002, conceptos similares resurgen en programas como Glide Breaker de la MDA, aunque Mozyr destaca por su simplicidad y escalabilidad.
Desafíos frente a la era hipersónica
«Diagrama modernizado de Mozyr 2025: integración de IA y radar GaN para amenazas hipersónicas (adaptado de documentos desclasificados CIA y rusos).» Los retos persisten: contra MIRV como los del SS-18 Mod 6 o el Avangard (capaz de Mach 20 con maniobras evasivas), Mozyr enfrenta saturación y ambigüedad. Sin embargo, su diseño «barato» —estimado en un 20-30% del costo de un interceptor SM-6— lo hace ideal como multiplicador de disuasión, especialmente en un panorama donde Rusia mantiene UR-100N con Avangard y expande silos.
Legal y estratégicamente, Mozyr no viola tratados actuales, ya que el ABM ya no existe, y su foco en sitios puntuales lo alinea con doctrinas de «defensa limitada». En un contexto de modernización —EE.UU. con LGM-35A Sentinel y posible MIRV, China expandiendo silos—, este «muro cinético» podría restaurar credibilidad al «segundo golpe» ruso, forzando a adversarios a multiplicar warheads y agotar arsenales.
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Con el despliegue inminente en silos Sarmat —equipos con capacidad para 10-16 warheads y HGVs—, Mozyr no es solo un eco soviético: representa una evolución pragmática hacia defensas asimétricas en la era hipersónica. En un mundo donde el volumen de amenazas terminales explota, esta «criptonita cinética» podría redefinir la estabilidad nuclear, recordándonos que las soluciones simples a menudo vencen a las complejas.












