En la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, los eurodiputados del PP español han votado en contra de la propuesta para reducir un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040 respecto a 1990, alineándose con la extrema derecha negacionista climática y desmarcándose de la mayoría de su grupo, el Partido Popular Europeo (PPE). La iniciativa, ya aprobada por los Estados miembros, avanzó en la comisión con 55 votos a favor y 32 en contra, pero requiere el visto bueno del pleno este jueves.
Los «noes» del PP se sumaron a los de grupos como Patriots (donde milita Vox), los Conservadores y Reformistas (ECR) de Giorgia Meloni y Europa de las Naciones Soberanas (ESN, con AfD alemán). La mayor parte del PPE, incluidos alemanes, apoyó el sí, junto a socialdemócratas (S&D), liberales (Renew), Izquierda y Verdes. Fuentes del PPE justifican el voto español por considerar la meta «muy ambiciosa y poco realista», citando el envejecido parque automovilístico español —con el coche más vendido como un diésel de segunda mano de más de 10 años— y el uso de combustibles fósiles en calefacción, lo que complica incluso los objetivos de 2030.
El voto se produce en pleno pulso negociador del PP con Vox para reconfigurar el gobierno de la Comunidad Valenciana tras la dimisión de Carlos Mazón por la gestión de la DANA, donde la renuncia al Pacto Verde es una exigencia clave de Abascal. Desde el PSOE, Javi López, ponente S&D en la Ley Europea del Clima, interpreta el gesto como un «puente» del PP hacia Patriots por «ansiedad electoral con Vox».
Reacciones no se hicieron esperar. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, tildó el voto de «contra España, Europa y la ciencia» en redes sociales, recordando su rol en las negociaciones que lograron el 90% en el Consejo. Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea para la Transición Ecológica, lo calificó de «vergüenza» y urgió confiar en «la realidad» científica.
Aunque el pleno podría ajustar posiciones, fuentes consultadas descartan que el PP cambie su postura. La aprobación final, tras negociaciones con Estados y Comisión, haría vinculante la meta, clave para la neutralidad climática en 2050 y la posición de la UE en la COP30 de Brasil.






