¡Damas y caballeros, niños y niñas, pasen a ver el mayor pelotazo que acaba de suceder en las oficinas de Microsoft!. Lo que ha ocurrido es un puñetazo en la mesa en toda regla, es sacar la chequera y decir: ¡venga, pongan ustedes los ceros que quieran!. Microsoft ha comprado Bethesda. Sí, habéis leído bien. Microsoft ha adquirido una de las mejores compañías de videojuegos hasta la fecha de hoy.
Microsoft ha anunciado que la compra de Zenimax Media se producirá por 7.500 millones de dólares en efectivo, y con ello se multiplica el potencial comercial de sus nuevas consolas Xbox. Los futuros juegos de las emblemáticas franquicias de la compañía verán la luz, posiblemente, en exclusiva -aunque sean temporales- para las consolas de Microsoft, como son Dishonored, Doom, The Elder Scrolls, Prey, Quake o The Evil Within.
Microsoft, por ejemplo, habla de futuros juegos de Bethesda para Xbox y PC, lo que incluye el futuro Starfield, título de aventuras espaciales que aún no había hecho públicos los formatos en los que aparecería y que supone la primera nueva IP de la compañía en 25 años, pero que según Sony habría adquirido los derechos meses antes que Microsoft comprase la compañía.
Microsoft también destaca el apoyo que Bethesda ha tenido desde siempre a la idea de Game Pass, quizás uno de los servicios que configurarán la industria del videojuego en los próximos años. Ahora falta que Sony compre Konami y Nintendo compre Sega, y menuda guerra de consolas íbamos a tener, a la altura de los años 90.
