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Francisco Molina desapareció el 2 de julio de 2015 a los 16 años de edad y su familia no ha parado de buscarle. Paco salió un viernes con sus amigos y avisó a su padre de que no iba a dormir en casa esa noche, porque se quedaba en casa de un amigo al que sus padres conocen.
Escribió un mensaje de WhatsApp a su padre, Isidro Molina, en el que decía que iba a dormir fuera esa noche, pero a su progenitor le extrañó la forma en la que lo hizo y por eso le llamó al móvil. Entonces hablaron y Paco se lo confirmó. Lo último que Isidro le dijo a su hijo antes de que desapareciera fue que no se acostara tarde.
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