¡Un pulso diplomático que podría redibujar el mapa del Caribe con la velocidad de un misil! Donald Trump ha confirmado su llamada telefónica con Nicolás Maduro, un diálogo cargado de tensión que, según el senador republicano Markwayne Mullin, incluyó una oferta explícita: exilio para el líder chavista en Rusia o cualquier otro país, a cambio de ceder el poder ante el clamor del pueblo venezolano. «El propio pueblo ha hablado y quiere un nuevo líder», tronó Mullin en CNN, pintando a Maduro como el destructor de una nación próspera, mientras EE.UU. intensifica su cerco con despliegues militares en el Caribe y advertencias de cerrar el espacio aéreo venezolano. ¡En medio de sanciones renovadas y cargos por narcoterrorismo, esta conversación –ocurrida en un vuelo de Trump de regreso a Washington– no salió «ni bien ni mal», según el magnate, pero podría ser el principio del fin para un régimen que se tambalea entre protestas internas y presiones globales!
El telón de fondo es un thriller geopolítico que hierve desde hace meses. Trump, en declaraciones a periodistas durante su trayecto desde Florida, rompió el silencio con una frialdad calculada: «Sí… No diría que salió bien, ni mal. Fue… una llamada telefónica». No entró en detalles, pero Mullin –miembro del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado– destapó la mano de Washington: una propuesta de exilio que posiciona a Rusia como refugio probable, evocando el asilo de Bashar al-Assad o incluso el de Evo Morales en su día. Esta oferta surge en el pico de una escalada brutal: EE.UU. ha roturado licencias aeronáuticas y cancelado vuelos a Venezuela, que Caracas tilda de «amedrentamiento imperialista». El Departamento de Estado, sin relaciones diplomáticas desde 2019, mantiene un despliegue naval masivo en el Caribe para combatir el narcotráfico, apuntando al Cartel de los Soles –vinculado a Maduro y sus generales por evadir sanciones de la OFAC y enfrentar cargos de narcoterrorismo y tráfico de armas en la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York.
Mullin no se mordió la lengua en su entrevista con CNN: «Maduro ha arruinado absolutamente ese país», recordando cómo Venezuela, antes un oasis petrolero, se hunde en hiperinflación y éxodos masivos. La llamada, confirmada por Trump pero sin fecha precisa, llega en un momento crítico: con elecciones presidenciales cuestionadas en julio y protestas reprimidas en las calles, el régimen chavista ve cómo aliados como Rusia y China se distancian ante presiones de Biden-Trump. Fuentes del Gobierno venezolano, fieles a su guión, denuncian «acciones coercitivas» que violan el derecho internacional, mientras el espacio aéreo se cierra como una trampa, dejando a miles de venezolanos varados en el limbo.
Las implicaciones son un terremoto con réplicas globales: si Maduro acepta el exilio, podría abrir la puerta a un gobierno de transición liderado por la oposición –con María Corina Machado y Edmundo González como figuras clave–, restaurando la democracia y atrayendo inversiones petroleras que EE.UU. codicia. Rusia, por su parte, vería reforzada su influencia en América Latina al acoger a un aliado en apuros, pero a costa de tensiones con Washington. La oposición venezolana, silenciada en el artículo pero rugiente en redes, celebra el pulso como un «paso hacia la libertad», mientras analistas vaticinan que Trump usa esta llamada como ariete para presionar por concesiones energéticas y migratorias.
Esta no es solo una charla telefónica; es un ultimátum disfrazado que podría desmantelar un régimen de dos décadas. ¿Cederá Maduro al exilio ruso, o doblará la apuesta en un cara a cara que huele a confrontación? En Agencia6, el pulso diplomático late con esta oferta que cambia el tablero: ¡Trump no negocia; ofrece salidas de emergencia! Sigue las réplicas en nuestras redes para las declaraciones de Caracas – porque cuando un presidente llama a otro, el mundo contiene el aliento.
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