Según fuentes de la investigación, la Fiscalía, considera que los arrestados formaban parte de una organización terrorista, un paso más en la escalada de violencia de los CDR, pues en los registros domiciliarios se ha encontrado material explosivo en algunos casos ya listo para utilizar en sus acciones.
Una «estructura organizada» con capacidad para movilizar a miles de personas. Los nueve miembros del ala más radical de los Comités de Defensa de la República (CDR), los llamados Equipos de Respuesta Técnica (ERT), detenidos ayer por la Guardia Civil en Cataluña, estaban preparados para atentar en los próximos días, coincidiendo con el segundo aniversario del referédum ilegal del 1-O y la notificación de la sentencia del «procés», prevista para la primera quincena de octubre.
Un edificio emblemático
De igual forma, tenían objetivos marcados. Según ha podido saber Agencia6, uno de ellos era el cuartel de la Guardia Civil de Canovellas. Los detenidos tenían mapas y fotos de la residencia de la Benemérita, contra la que estaban preparados para atentar. Situado en una localidad a dos kilómetros de Granollers y a unos 30 de Barcelona, esta casa-cuartel, emblema de la Guardia Civil por su forma de tricornio, ya fue objeto del acoso de los radicales en el otoño caliente de 2017. El hostigamiento de miembros de los CDR, con el lanzamiento de piedras a las ventanas en las que se alojan las mujeres y niños de los agentes, llevaron al Ministerio del Interior a reforzar su seguridad con el traslado de una veintena de guardias civiles asturianos.
No era el cuartel el único de sus objetivos. Fuentes de la investigación aseguran que los detenidos estaban organizando también un ataque al Parlament para el día en el que se notificara la sentencia contra los líderes independentistas del «procés».
Otras fuentes consultadas no tienen dudas de que los arrestados estaban preparados para actuar, hasta el punto de que ya habían hecho pruebas con explosivos en una cantera de Cataluña. Se trataría de individuos que pertenecen a los CDR pero que actuaban también por su cuenta y que habrían creado un grupo paralelo con objetivos claramente terroristas.
En un comunicado, la Fiscalía de la Audiencia Nacional elevó el tono y calificó al conjunto de los arrestados como «grupo terrorista de índole secesionista catalán», cuyas acciones se habrían neutralizado. El Ministerio Público justifica la operación policial por la «certeza» de que las supuestas acciones terroristas se iban a perpretar entre el aniversario del 1-O y la publicación de la esperada sentencia del «procés».
Según la Fiscalía, los avanzados preparativos de los «proyectos terroristas» de los arrestados podrían haber ocasionado «daños irreparables». Por ello, la acusación pública les imputa delitos de terrorismo, rebelión y tenencia de explosivos; a la falta de la calificación que el juez otorgue a los hechos.
En los registros que desde las cinco de la mañana de ayer llevaron a cabo miembros del Servicio de Información de la Guardia Civil en varias localidades de Cataluña, por orden de la Audiencia Nacional, se encontró material para confeccionar explosivo Goma 2 y de plástico así como termita ya mezclada lista para usar. La termita es un artefacto incendiario fruto de la mezcla de polvo de óxido de hierro y polvo aluminio que es altamente exotérmico y capaz de fundir estructuras de acero. Además de los explosivos, los arrestados, de entre 25 y 55 años, tenían en su poder guías explicativas sobre la confección y uso de los explosivos, así como distinta documentación y numerosos dispositivos electronicos —más de un centenar entre ordenadores, discos duros y memorias USB— que ya se están analizando. En los registros ha aparecido también un arma corta de 9 mm, así como munición real y de fogueo.
Intervenciones telefónicas
La causa, en manos del juez Manuel García Castellón, está bajo secreto de sumario. Dos de los siete detenidos quedaron ayer en libertad tras declarar en la Comandancia de Travessera de Gracia, en Barcelona. Se les ha entregado ya la citación para declarar en la Audiencia Nacional, según ha podido saber Agencia6. Los otros siete, con mayor implicación, iban a ser trasladados ayer a las dependencias de la Comandancia de Madrid, en Tres Cantos. Previsiblemente pasarán a disposición judicial el miércoles.
El hecho de que los detenidos terminaran de comprar los materiales explosivos en los últimos días, unido a la proximidad de las fechas clave antes citadas, ha precipitado los arrestos después de casi un año y medio de investigación y de seguimiento a este grupo presuntamente terrorista.
Durante este tiempo, las intervenciones telefónicas han resultado clave para desentrañar los planes de estos radicales, pues, según fuentes de la investigación, hablaban «constantemente» de acciones violentas. Gracias a ellas también se supo que estaban fabricando explosivos.
Además, según ha podido saber Agencia6 varios de ellos participaron en los incidentes que tuvieron lugar el pasado 1 de febrero en la C55, cuando varios radicales echaron gasolina en la carretera para frustrar el traslado de los presos del «procés» a las cárceles de Madrid ante el comienzo del juicio en el Supremo.
La operación sigue en marcha y no se descartan más detenciones en los próximos días, así como otras actuaciones contra los elementos más violentos del independentismo catalán que quieren tener presencia en la calle coincidiendo con el 1-O y, sobre todo, con la sentencia del «procés».
«Relato de violencia»
Como cabía esperar, la respuesta a la operación judicial del independentismo político, personificado en Quim Torra, presidente de la Generalitat, se centró en intentar desprestigiar a la Justicia y la Benemérita. Desde Twitter, Torra escribió: «La represión continúa siendo la única respuesta del Estado español. Están intentando volver a construir un relato de violencia antes de las sentencias. No lo conseguirán. El movimiento independentista es y será siempre pacífico». Además, JpC y ERC pidieron la comparecencia en el Congreso del ministro Fernando Grande-Marlaska para que explique las «detenciones».