El pantano del Amadorio apenas alcanza los 2,4 hectómetros cúbicos, mientras que el de Guadalest roza los 4,5 hm3, una situación muy preocupante comparada con otros ciclos anteriores, donde nunca a mediados de junio las cifras de reservas eran tan bajas.
Benidorm, capital europea del turismo de sol y playa se prepara para recibir a cientos de miles de visitantes en las próximas semanas, y junto a otros municipios turísticos de la Marina Baixa como Villajoyosa, Altea, La Nucía y l´Alfàs del Pi, miran de reojo a las reservas de agua en los dos pantanos que suministran a toda la comarca, dada la escasez de lluvias en los últimos tiempos.
Según los datos ofrecidos por la Confederación Hidrográfica del Júcar el pasado 16 de junio, el embalse del Amadorio se encuentra al 15,46 por ciento de su capacidad, que es prácticamente seco dado que la mitad de esa cifra son fangos y lodos debido a la falta de limpieza y dragado del mismo. Recordar que este pantano vilero lleva esperando la reparación y conservación de su presa desde hace más de dos décadas. Los materiales destinados a ser utilizados a esas obras se deterioran en los aledaños de la presa sin que ningún gobierno, de cualquier color, haya tenido el coraje de iniciar unas obras necesarias y urgentes.
Por lo que respecta al pantano de Guadalest, su estado roza el 36% de su capacidad, lodos y fangos incluidos, dado que tampoco ha tenido momentos de limpieza y conservación en las últimas décadas. La cantidad oficial de agua embalsada es de 4,64 hectómetros cúbicos, rozando por tanto la alarma hídrica.
