Leopoldo López, un «huésped» incómodo

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Leopoldo López se ha convertido en un «huésped» muy poco habitual para España desde que el pasado martes acudiera con su esposa y su hija de 15 meses a la embajada de nuestro país en Caracas en búsqueda de protección tras ser liberado de su arresto domiciliario. «Huesped» ha sido el término empleado tanto por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, como por Juan Guaidó, como por el propio López. La negativa de España de entregar al opositor venezolano tras la orden de detención del gobierno de Nicolás Maduro le deja a Leopoldo López pocas opciones para evitar volver a la prisión de Ramo Verde, donde ya cumplió condena en 2014.

Según el comunicado del Gobierno español, no se ha recibido ninguna petición de asilo por parte de López. No obstante, esta opción tampoco se contempla, al menos durante la estancia del opositor venezolano en su país. Según la ley española de 2009, los embajadores no pueden «promover el traslado del o de los solicitantes de asilo a España» mientras permanezcan en su país de nacionalidad. Para poder hacer la solicitud, tendría que estar en España o en un tercer país y, entonces sí, iniciar los trámites. Así las cosas, el líder de la oposición venezolana debería acudir a otro país para pedir asilo al no poder hacerlo desde el suyo propio. Pero esto significaría su detención inmediata a su salida de la sede diplomática, que cuenta con una amplia presencia policial y del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional). El problema con la figura de ‘huesped’ El dirigente opositor venezolano está ‘protegido’ de la acción de la Justicia de Venezuela en la medida en que se encuentra cobijado en la residencia del embajador español en Caracas, que es inviolable según la Convención de Viena, pero no dispone de ningún estatus personal de asilado o refugiado, ni lo necesita para permanecer allí como huésped. Según fuentes jurídicas, no existe la figura jurídica de ‘invitado’ o ‘huésped’ que regule derechos y deberes de la persona en cuestión ni de la sede que le acoge, pero su situación es perfectamente regular, al ser invitado del embajador. El ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell, ha señalado que López está alojado con la «figura práctica» de huésped o de acogido. El motivo es que la legislación española, como la mayoría de las legislaciones nacionales, no recoge la figura de «asilo diplomático» en las Embajadas, sino que hay que acudir a territorio español. Así lo han señalado tanto el ministro Borrell como el equipo de abogados españoles de López. Para pedir asilo en España, López (o cualquier otra persona) tendría que hacerlo en territorio español, o en la frontera. La ley de asilo prevé una excepción, en su artículo 38, que sí abre la puerta a iniciar los trámites en una Embajada, pero tiene que estar en un tercer país, no en el Estado del que es nacional el solicitante. Esa excepción, explican las fuentes consultadas, se introdujo con la vista puesta en los refugiados sirios, para que pudieran iniciar los trámites en países vecinos, pero nunca se ha utilizado en la práctica. Un salvoconducto le permitiría salir de forma segura del país Sí podría tramitar su traslado, según apunta el diplomático Inocencio Arias, mediante un salvoconducto que le permita salir de la embajada de forma segura en un coche oficial para tomar un avión. No obstante, esta opción solo sería posible con la aprobación del gobierno de Nicolás Maduro, que es el encargado de facilitar su salida teniendo en cuenta que España ya se ha negado a entregar al opositor, y figuraría como una expulsión del país. Si se diera este caso, tal y como apunta Arias a 20 minutos, Maduro no podría proceder a su detención cuando Leopoldo López se encontrara fuera de la embajada puesto que, si permite el salvoconducto, debe respetar su traslado. No obstante, el presidente venezolano también podría negarse a emitir este permiso exigiendo su arresto. En tal caso, López podría permanecer en la embajada durante un tiempo indefinido. Allí cuenta con inmunidad e inviolavilidad y con la garantía de que las autoridades venezolanas no pueden irrumpir en la sede diplomática ni obligarle a salir. Además, su esposa, Lilian Tintori, podría entrar y salir de la embajada puesto que sobre ella no pesa ninguna orden de arresto. El último caso conocido parecido al de López fue el del fundador de Wikileaks, Julian Assange, refugiado en la embajada de Ecuador en Londes durante siete años hasta que sus continuos roces con el Gobierno de Ecuador provocaron que éste le retirara la protección y permitiera su arresto a la policía británica. Según ha podido saber este periódico, ésta opción es la que contempla en estos momentos el opositor venezolano, que no tiene intención de salir de la embajada española al menos hasta el lunes, día en que se reúnen representantes de EEUU y Rusia para tratar la situación del país americano. Si no sale a pie de la embajada no puede ser detenido Las conversaciones entre España y Venezuela están siendo constantes desde la acogida de López en la embajada para poner fin al conflicto «de forma pacífica y democrática». No obstante, lsa negociaciones no responden a la posibilidad de asilo de López, sino que están dirigidas a permitir la salida del opositor y su familia sin represalias por parte del gobierno de Maduro entendiendo que, a diferencia de Assange, López no habría cometido ningún delito al haber sido liberado de su arresto domiciliario e indultado, según sus palabras, por el presidente encargado, reconocido por más de medio centenar de países. A la espera de un desenlace definitivo, el político venezolano tiene otra alternativa para salir de la embajada sin ser detenido. Ya sea por medio aéreo o terrestre -nunca a pie-, Leopoldo López podría salir en un vehículo con matrícula diplomática e ir hasta otra sede sin posibilidad de arresto, ya que en este supuesto contaría con la protección del país que le cede el medio de transporte. Mientras tanto, España, que «mantiene los cauces de comunicación abiertos con las dos partes», se ha convertido en protagonista en el conflicto de Venezuela aunque, según los expertos consultados, confía en que esto no suponga la ruptura de las relaciones entre ambos países.

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