Todo el mundo lo comenta desde hace años y ahora se ha podido comprobar la nula promoción de Benidorm ante el mundo. La llegada de internet, que ha restado a la Costa Blanca buena parte de los mercados de calidad que se tenían antaño, no sólo no ha servido para consolidarnos como un destino de élite en el turismo mundial, sino que un simple temporal de dos días que dejó las playas de Levante y Poniente sin arena por el fuerte oleaje, ha sacado a la luz las miserias de un gobierno municipal que lleva muchos años sin hacer los deberes.
La prensa británica se hizo eco de lo sucedido en las playas, y el efecto negativo fue inmediato debido a que la comunicación desde el Ayuntamiento de Benidorm con el exterior no sobrepasa la calle Ruzafa por el sur o la avenida del Mediterráneo por el norte.
No cabe mayor ineficacia, sencillamente, porque la capital europea del turismo de sol y playa no tiene portales potentes que al instante expliquen a los potenciales clientes y visitantes lo que haya podido suceder y ofrecer soluciones instantáneas
Ahora van a gastarse 22.000 euros en las redes sociales «británicas» según se ha hecho saber desde Visit Benidorm, un engendro que podrían cerrar a la vista de los pésimos resultados en la promoción de la ciudad, cada vez más de capa caída. Internet, que sepamos hasta hoy no se ciñe a un territorio, sino es universal. Ni en esas cosas desde la gestión municipal se acierta. No tienen ni idea, llegan tarde, mal y con unos resultados catastróficos.
En este caso, además, participa la Consellería de Turismo, otra que tal baila, y que tiene un saldo negativo en aciertos a la hora de conseguir un turismo que reactive la economía de nuestra tierra, de las tres provincias valencianas. Serán 22.000 euros vertidos en la nada, porque a estas alturas nada se va a lograr diciendo lo que se tuvo que explicar el mismo día en el que el temporal hizo desaparecer la arena de las playas de Benidorm.
Un alcalde digno y una conseller digno intentarían tener una corresponsalía de al menos un par de televisiones británicas y de otros países en Benidorm. Sería un coste amortizado al minuto siguiente de pagar la factura. Pero no podemos exigir nada donde sólo contamos con políticos que llevan toda su vida en la poltrona y les importa un comino lo que pueda suceder en el turismo y lo que ello conlleva a cientos de miles de familias de la Comunidad Valenciana.