¡El caos de La Casa de los Gemelos 2 cruza la línea roja y despierta la ira de Irene Montero, que no se ha mordido la lengua ante la agresión brutal de José Labrador a la drag queen Cherilyn Divine! La exministra de Igualdad y líder de Podemos ha sido tajante: «Hay que cortar los discursos de odio de raíz, porque normalizar la violencia –sea física o verbal– es el caldo de cultivo para más agresiones». En un post viral que ya acumula miles de interacciones, Montero condenó el momento en que Labrador –expulsado disciplinariamente tras el incidente– lanzó comida, arrancó la peluca a Cherilyn y desató un torbellino de insultos y amenazas que dejó al directo en shock. ¡Con Coto Matamoros abandonando el programa en protesta por la gestión y Labrador prometiendo «noticias pronto», este reality sin filtros se tambalea entre la viralidad tóxica y el clamor por responsabilidad –un espejo roto de una sociedad que aplaude el caos hasta que cruza límites!
El detonante fue una cena que pasó de banal a brutal en segundos: Labrador, en un arrebato de furia, se abalanzó sobre Cherilyn Divine –la drag queen que brillaba con su peluca y actitud–, arrojándole la comida y quitándole la peluca en un gesto de violencia que escaló a golpes y forcejeos. La Falete intervino como un ángel guardián para separarlos, mientras el equipo de seguridad irrumpió para sacar a Labrador a rastras –una escena que los gemelos Daniel y Carlos Ramos no pudieron ignorar. «Ante la gravedad de lo ocurrido, hemos decidido la expulsión disciplinaria», comunicaron ZonaGemelos esa misma noche del 14 de diciembre, un cierre que ha dividido al fandom: unos celebran la «contundencia», otros critican «hipocresía» por permitir toxicidad previa. Coto Matamoros, el «verdugo» del formato, no tardó en marcharse: «Uno tiene que ser consecuente», soltó, disconforme con cómo se gestionó la polémica.
Irene Montero, fiel a su cruzada contra la LGTBIfobia y la violencia normalizada, no dejó pasar el momento: «Lo que vimos no es ‘entretenimiento’; es odio real que se viraliza y educa en lo peor. Hay que cortar estos discursos de raíz, porque cuando se ríen de una drag queen hoy, mañana atacan a cualquiera que no encaje en su molde». Su post, que compara el incidente con «la cultura de la violación disfrazada de reality», ha avivado el debate: hashtags como #NoALaViolenciaEnRealitys y #FueraOdioDeLaTele son tendencia, con miles exigiendo «filtros éticos» en formatos virales. Asociaciones LGTBI aplauden: «Es positivo que líderes políticos señalen esto; normalizar agresiones a personas queer es inaceptable».
Los creadores, los gemelos Ramos, defienden su modelo «sin guion ni censura» pero admiten el límite cruzado: «No toleramos violencia; por eso lo expulsamos». Labrador, por su parte, promete «noticias» en redes –¿querella o contraataque?–, mientras el programa pierde a dos pilares pero gana en polémica que dispara views. En un 2025 donde realities como este dominan la conversación digital con 600.000 simultáneos, esta crisis no es un bache; es un espejo de los límites del «todo vale» por audiencia.
En Agencia6, el debate late con esta agresión que no pasa desapercibida: ¡de risas a golpes, el reality en jaque! ¿Apoyas la expulsión o crees que fue tarde? Comparte y síguenos para más dramas en directo – porque cuando el odio entra en casa, la tele debe echarlo.
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