Esta tarde de viernes se cumplen 23 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco, un episodio que los españoles de bien nos sentimos obligados a recordar cada 10 de julio por todo lo que supuso de tragedia y unión de todos los ciudadanos de una nación que mantuvo su alma en vilo durante tres días y el dolor todavía se mantiene cuando llegan estas fechas, y dedicamos nuestro recuerdo a aquel triste y dramático episodio de la historia reciente de España.
Aquel pasaje de terror, vivido minuto a minuto desde el secuestro hasta el asesinato de Miguel Ángel, sirvió para muchas cosas que en aquel caso sí nos fortalecieron como nación ante el mundo entero. La tragedia no ocultó la grandeza de un Estado que reaccionó y no cedió ante los criminales. Hoy en cambio tenemos un gobierno que pone la alfombra roja a aquellos que participaron con una banda terrorista que ha matado en España a casi 900 seres inocentes.
El pueblo español reaccionó y todos salimos a la calle pidiendo la libertad de Miguel Ángel Blanco, el mundo entero estuvo en vilo setenta y dos horas con España como punto de mira, y dimos un ejemplo de unidad que casi un cuarto de siglo más tarde nadie sabe dónde queda. Y estamos como estamos precisamente por culpa de nuestros políticos, miserables muchos de ellos como hoy ha demostrado el presidente Pedro Sánchez utilizando aquella tragedia para hacer lo único que sabe hacer, el ridículo y ofender a todos los españoles de bien.
El tweet que ha colgado en la red social Twitter es vomitivo. Habla de paz un mentiroso y farsante que prometió no pactar ni aceptar apoyos de Bildu, los herederos de ETA, y ya hemos visto como babeaba con los filoetarras cuando le convenía en el Congreso de los Diputados. Realmente y sinceramente tenemos un presidente que no sólo no merecemos, sino que debería sentir en su cogote el repudio de todos y cada uno de los españoles de bien. Es insufrible tener que soportar la capacidad de reirse en la cara de los españoles de este hombre, que no empatiza con nada ni nadie.
Rectifico, sí empatiza, con los enemigos de España, con aquellos que dijo que jamás llegaría a puerto alguno y ya vemos que hace precisamente todo lo contrario siempre y en todo momento
Hoy estamos obligados a recordar aquel episodio, y recordar que el ahora Rey de España, Felipe VI, encabezó las millonarias manifestaciones de españoles que se concentraron en todo el territorio español para pedir y suplicar a ETA que no hiciera lo que hizo finalmente, que fue asesinar a un joven de Ermua, y con las cámaras en directo, que es lo que siempre buscan los sátrapas y asesinos, su publicidad, algo por lo que nunca jamás deberíamos perdonar a estos hijos de perra que sólo encuentran amigos en los inquilinos de La Moncloa.
Nunca pude creer que un gobierno de mi país, de mi España, sería gobierno con los votos de los herederos de aquellos asesinos, pero ahí lo tenemos. Y aunque para muchos la cosa es lógica y normal, para un servidor ni lo es ni lo será jamás. Aquella acción criminal de los etarras, como el resto de todos y cada uno de sus asesinatos no tienen perdón, sobre todo porque ni siquiera han mostrado arrepentimiento después de muchos años.
Eso sí, tenemos un presidente y un gobierno que lo son porque «admiran» a quienes cometieron barbaries. Y eso, quien piense que sale gratis, se equivoca. El PSOE y los socialistas terminarán siendo víctimas de sus propias acciones, y creo sinceramente que no tendremos que esperar muchos años para ser testigos de excepción como aquellos días de julio de 1997 donde una parte de nuestra libertad se marchó con la vida de Miguel Ángel Blanco.
Descanse en Paz!