Al igual que hay una serie de hechos cuya continuidad no podemos cambiar… a la luz del día sigue la obscuridad de la noche, tras la primavera llega el verano, tras la tempestrad llega la calma… y así indefinidamente, queramos o no hay acontecimientos que se van sucediendo, en ocasiones hay otros acontecimientos de los que desconocemos cual será su continuidad, tal es el caso del Sanchismo o por mejor decir del social-comunismo… ¿o sí?.
Hay otros hechos cuya duración depende de nuestra voluntad en querer cambiarlos, detenerlos, transformarlos o interrumpirlos. Y me refiero a esos hechos o situaciones que nos influyen negativamente en nuestro día a día, en nuestra convivencia, nuestra economía o nuestra libertad.
Terminada esta introducción, entramos de lleno en el tema, porque desde que nos obligamos a estar gobernados por el duo del Partido Socialista (eludo conscientemente lo de Obrero y Español por impropio) con los narcofeministas de Unidas Podemos, estamos… que ni estamos ni somos, los obreros en paro y los españoles… desaparecidos; los narcofeministas y los republicanos separatistas volvieron a rememorar las Brigadas Internacionales para activar el vandalismo, incendiando las calles de Barcelona, Madrid y algunas otras ciudades afines a estos movimientos “pacifistas”.
El resto de ciudadanos somos un conglomerado de fascistas provocadores, extremistas (no violentos) de derechas y sumisos ciudadanos aborregados… y así nos va. Por si faltaba algo y teniendo en cuenta que algunos políticos progresistas echaban de menos la abolición de la pena de muerte, nos han emparedado en un sarcófrago permanente. Al comienzo de nuestra vida nos han colocado la ley del Aborto (ley Orgánica 2/2010) y a continuación nos colocan un Estado de Alarma (Estado de Sitio encubierto) y para finalizar el ciclo vital nos colocan con la escusa de la pandemia aprovechándose del covid-19 y terminan nuestro cico vital con la ley de la Eutanasia (ley Orgánica 3/2021). La primera la han envuelto con el sudario de “salud sexual”, la segunda con el truco de “la vacuna no mata” y la última con la sábana mortaja de “ayuda a una muerte digna”. En otras palabras si la primera es un crimen encubierto, la segunda es un no te fies ni de tu padre y la última es un asesinato descubierto. De el trigo al pan y de la uva al vino.
Tanto a una ley como a la otra había que asignarle un ejecutor, un verdugo, pero como con uno solo no podría dar abasto, han designado al colectivo de licenciados en Medicina y que salga el que quiera. Esos individuos no necesitan alta fiscal puesto que el epígrafe de verdugo no existe, tampoco necesitan declarar el IRPF puesto que no está baremada esta ocupación como exterminador, (puesto que para estimular su novedosa actividad no hay nada mejor que los incentivos fiscales) no obstante a la hora de conseguir plaza puntua favorablemente ser progresista, y se asegura el puesto de trabajo “fijo” con el carnet del partido.
Mi problema es que como yo no soy progre, no soy facha y tampoco soy borrego, simplemente soy español (consciente de que en ciertos círculos de poder no está bien visto) no alcanzo a comprender como pueden existir seres humanos que pasan años estudiando Medicina, se supone que para sanar y salvar vidas, para terminar matando a sus congéneres en aras de una aparente dignidad agónica, infección viral o salud sexual. Si además pienso que parte de mis impuestos van a engrosar becas, ayudas o subvenciones para la formación de esos sanguinarios verdugos ajusticiadores… mi mosqueo, mi indignación, mi enfado, alcanzan su rechazo, repulsa, desprecio y recusación.
¿Hasta cuándo tenemos que estar soportando el martirio ideológico de estos fanáticos del despropósito? ¿Porque participamos de su incoherencia, de sus desvarios, dislates, patochadas y sandeces? Alguien en cualquier momento tendrá que dar un golpe sobre la mesa a la par que diga ¡Basta ya!
El Presidente del desgobierno viendo que no todos aplauden sus necedades, es mas, las critican, monta en cólera y exige a un Obispo católico que pida públicamente perdón por su disidencia ante la ley del aborto. A la altura que andamos inmersos en esta sopa de despropósitos solo cabe esperar que el odio y el rencor inducidos desaten la violencia y
comencemos a reproducir las sacas depuradoras, la quema de conventos, noviciados e iglesias en nombre de falsas libertades alimentadas por una democracia corrompida. Inevitablemente la historia se repite y así como los nazis crearon sus campos de exterminio por culpa de los Judíos… cabe la posibilidad de que por culpa de los extremistas de la derecha… ¿está claro?
José Antonio Corachán Marzal