Ex-vicesecretario de organización de Vox Alicante acusa a sus responsables de “prácticas muy cuestionables”.

Andrés Iñigo, quien fuera el polémico vicesecretario de organización de Vox Alicante, ha volcado duras críticas contra la organización y sus responsables en un extenso mensaje de Facebook, que ha eliminado poco después junto a su cuenta. En este, acusa a la dirección de orquestar “una campaña repugnante de descredito personal y amedrentamiento a terceros” y denuncia situaciones de miedo, omertad y chantaje hacia él y otros cargos.

El responsable de organización ya se había apartado hace algunos meses del partido aduciendo asuntos personales, aunque poco después hizo amago de regresar, pese a que era vox populi sus discrepancias con la actual presidenta Ana vega y su camarilla. Iñigo se ha despachado con un nuevo y controvertido mensaje en el que expone las vergüenzas del partido al que un día ayudó a vertebrar y del que se desliga asegurando que “esta ya no es la organización, al menos a nivel provincial, que algunos soñamos hace unos años”.

Polémicas

Andrés Iñigo no es ajeno a las polémicas, algunas de ellas por mantener actitudes como las que hoy critica y debido a las cuales muchos afiliados abandonaron el partido. Durante sus años como responsable de organización, protagonizó diversos desencuentros con los militantes, disolviendo una reunión que un grupo de simpatizantes convocó en un club de tenis, muleta en mano y al grito de “yo soy el Ortega Smith de Alicante” o insultando, sin llegar a mencionar directamente su nombre, al teniente General y diputado nacional Manuel Mestre durante la campaña de primarias, en las que además, pese a su cargo orgánico, apoyó abiertamente y en contra de los estatutos de su partido a Ana Vega, a la que llegó a calificar de hermana.

Dimisiones

Aunque Iñigo ya no es parte de la organización provincial de Vox, la situación que expone es compartida por diversos cargos que también han abandonado la formación en las últimas semanas.

Iñigo describe Vox Alicante como “un lugar de sospechas, persecución y traiciones, desconfianza, de vacío y marginación injustificada (…) y sobre todo un lugar oscuro, muy oscuro” convirtiendo la organización en un espacio para unos pocos, coincidiendo con la valoración que hace solo una semana también hacía en su carta de dimisión el coordinador local de Vox en Alicante, Joaquín Miguel Oliva Fano.

Oliva denunciaba supuestas intimidaciones y una “presión inaceptable” por parte de su antecesor en el puesto, quien habría amagado “con ejercer presión judicial y física argumentando las relaciones profesionales de sus hermanos abogados con ciertos grupos provenientes del extranjero y afincados en la costa alicantina” para concluir su renuncia de forma similar a Iñigo: “Nosotros no blanqueamos ni damos espacios a quienes utilizan técnicas mafiosas en sus relaciones profesionales, ni a aquellos que las toleran”.

Hoy también se ha conocido la renuncia del coordinador de Orihuela, otro de los caladeros de votos del partido de Abascal, aunque no han trascendido los pormenores de esta decisión, pese a que se apunta a causas muy similares.

Una olla a punto de estallar

Diversas fuentes del partido aseguran que la situación en Vox Alicante es absolutamente irrespirable y de total paranoia. El matrimonio dirigente, conformado por la síndica Ana vega y su marido, concejal en el Ayto. de Alicante Mario Ortola, se ha atrincherado rodeados de un pequeño grupo de fieles, paralizando por completo la organización ante la obsesión de que alguien pueda destacar haciéndoles perder su cargo y estilo de vida.

Otras fuentes, que no desmienten este extremo, si matizan que la cascada de dimisiones se debería precisamente a esta paranoia y por tanto a la eliminación de ciertos nombres para encabezar las futras candidaturas municipales.