Han pasado unas cuantas décadas, no obstante una vez mas la historia se repite y vuelve el castigo escolar habitual en las escuelas de la dictadura como enmienda a un mal comportamiento: El alumno era castigado tras su falta ¡cara a al pared!. De acuerdo con la gravedad de su infracción podía ser sentenciado a permanecer cierto tiempo de rodillas, a recibir un determinado número de reglajes en la palma de la mano o permanecer cierto tiempo ¡cara a la pared!. Desechado lo de las rodillas vista la calidad del pavimento y lo de la regla por anticonstitucional, los visitantes y ciudadanos de Benidorm, por no sabemos qué, hemos acabado con unos bancos ¡cara a la pared!.
Al parecer, según el criterio del concejal que va “poquet a poquet” (lo que no implica que el resto vayan montados en una locomotora) continua haciendo de las suyas; tenemos mas de un vecino que por su comportamiento anti-sistema merecen un castigo, por lo que ha decidido colocar en la remodelada avenida del Mediterráneo Peatonal, unos bancos ¡cara a la pared!. Lo cierto es que no sabemos si su ubicación corresponde al castigo por mal comportamiento vecinal, o para que el viandante sea o no vecino de Benidorm, tras dar un vistazo a la nueva Plaza Monolítica, pueda recuperarse y recobrar su estado psico-somático habitual. Es mas, cabe la posibilidad, de que coexistan ambas razones por lo que es de agradecer a nuestro pluriconcejal el emplazamiento y orientación de los citados bancos. ¿Será un Muro de las Lamentaciones el situado frente a los bancos?.
Inevitablemente sigue la duda del porqué hay bancos cara a la pared, duda aumentada, alimentada por la incomprensible anchura de la aceras en detrimento del pavimento destinado a los vehículos. Esta duda, esta incertidumbre debida en parte a la carencia de formación urbanística, a la zozobra creada ante esta nueva “ciudad inteligente” en la que algunos opinamos sobran carriles bicis y faltan sendas de pollinos, asnos, roznos y borricos en general, esta vacilación me lleva a investigar, a averiguar si existe alguna normativa, reglamento o ley que regule la anchura de las aceras y vías de circulación para vehículos. Involucrado en esa tarea me encuentro en un desierto arquitectónico en el que solamente choco con un oasis donde sosegarme: Una normativa sobre movilidad que en su Artº 11.1 dice textualmente:
“Los itinerarios peatonales garantizarán, tanto en el plano del suelo como en altura, el paso, el cruce y el giro o cambio de dirección, de personas, independientemente de sus características o modo de desplazamiento. Serán continuos, sin escalones sueltos y con pendientes transversal y longitudinal que posibiliten la circulación peatonal de forma autónoma, especialmente para peatones que sean usuarios de silla de ruedas o usuarios acompañados de perros guía o de asistencia.»
Evidentemente podría echar mano del sentido común para tranquilizar mi inquietud vial, pero ante un concejal que va “Poquet a poquet”, “Yo a lo mio”, “Encara mes” y “Benidorm mejora”, tratar de utilizar el sentido común… es como pedir peras al olmo. Entiendo que la anchura tanto de las aceras peatonales como de las vias de circulación de vehículos deben estar de acuerdo con su densidad de utilización por parte de los peatones y vehículos, tratar a las aceras como pistas de aterrizaje y a las vias de circulación como senderos de alta montaña, es… eso, lo que estamos viendo, sufriendo, pisando… y lo que nos queda por soportar hasta la próxima botación (con b, no con v).
No ha quedado mi investigación en los bancos cara a la pared. Ha seguido profundizando en la génesis de calles y avenidas, tratando de saber definitiva y permanentemente el cuando, el como y el porqué de su extraña orientación y he recurrido al comienzo de los tiempos. ¡Ahí queda eso!. He leído con detenimiento el libro bíblico del Génesis, con atención el libro judío de la Torá y no he encontrado el mínimo rastro de Benidorm entre sus líneas y consecuentemente la mínima pista sobre sus calles y avenidas, pero pensé y si en el libro del Exodo con tan largo camino hubiera algo… y si algo hay. Creo no haber perdido el tiempo repasando páginas y páginas del Pentateuco.
El trabajo bien hecho, serio, profundo, razonable y exhaustivo siempre tiene su recompensa. En este caso desechados el como y el cuando por su evidencia e inmediatez, alcancé saber el anhelado ¡porqué en Benidorm hay bancos cara a la pared!… la alegría del pobre no es efímera, fugaz, ni breve como la vida misma… por esta vez es firme, duradera, es mas, es permanente. Se preguntará el lector como he llegado a tan extraordinaria conclusión. Fácil relato a su pregunta: Con mi inteligente lectura de los citados libros obtuve una primera conclusión que me condujo como en volandas hasta la segunda.
Primera culminación: El concejal de Espacio Público, Obras, Accesibilidad Universal, Movilidad, Limpieza Viaria y Ciclo del Agua, no es Dios (Jehová para otros).
Segunda consumación y remarte a término: Los Trileros en Benidorm tienen prioridad callejera e inmunidad municipal. Les estan ampliando la infraestructura necesaria.
¿Cómo mi habitual talento no me ha llevado a estas consecuencias con anterioridad? Por una sencilla razón: mi deficiente formación teológica, lo reconozco humildemente. Nunca visité un Seminario o una Watchtower. ¡Así me va! dando tumbos y rebotes bíblicos. Es un axioma que Dios creó al hombre a su imágen y semejanza, lo es que también creó al mundo en siete días. Alcanzado este nivel advierto una contradicción difícilmente subsanable, si el concejal citado fue creado por Dios a su imágen y semejanza y en una semana creó al mundo… el munícipe complementa su nombre y apellidos con la consabida coletilla del “poquet a poquet”… ¿es consciente de su lentitud, de su cachaza, de su génesis? el mundo en siete días y la Plaza Triangular ¿en cuantos meses?… de imagen y semejanza a Dios, ¡las ganas!. ¿Quien creó al concejal?.
Por último si tomamos en consideración los siguientes extremos sobre los Trileros:
Primera.- Exentos de Licencia de Venta Ambulante.
Segunda.- Libertad total de horario de apertura y cierre de su negocio.
Tercera.- Exentos de tasas por ocupación de la vía pública.
Cuarta.- Exentos del pago de Actividades Económicas (IAE).
Quinta.- Inmunidad Municipal. Ampliación de su área de influencia.
Entenderemos que los bancos no están situados cara a la pared sino ¡cara a los Trileros!
José Antonio Corachán Marzal