- La Conselleria desarrolla un programa de formación para divulgar las prácticas más adecuadas para su cultivo y una campaña de sensibilización entre la población sobre los beneficios del consumo de la algarroba
- Con 16.200 hectáreas y más de 18.000 toneladas, la Comunidad Valenciana es la autonomía con mayor superficie de cultivo del algarrobo y de producción de algarroba
La Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca busca revitalizar el cultivo del algarrobo en una apuesta por la sostenibilidad ambiental y la promoción de una alimentación saludable.
En este sentido, la Conselleria desarrolla un programa de formación, a través de la organización de cursos y talleres para divulgar las prácticas más adecuadas de su cultivo y un manejo sostenible, y una campaña de sensibilización, con iniciativas para difundir entre la población los beneficios del consumo de la algarroba.
La Comunitat Valenciana ocupa el primer lugar en superficie de cultivo de algarrobo en España. Cuenta con 16.200 hectáreas y una producción de fruto (algarroba o garrofa) de entre 18.000 toneladas y 20.000 toneladas al año, lo que representa el 30 % de la producción nacional.
Cabe señalar, que recientemente, la Conselleria ha realizado con éxito una actividad de demostración de fabricación y horneado de panes y otros productos junto con el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia.
Antioxidante y reduce el colesterol
Los componentes funcionales de la harina de algarroba la convierten en un producto con propiedades antioxidantes que reduce los niveles de azúcar en sangre, reduce los niveles de colesterol y favorece la digestión.
Las numerosas propiedades nutricionales del fruto del algarrobo están avaladas por estudios científicos que demuestran, por ejemplo, que esta harina es rica en vitaminas A, B, C, y E, contiene calcio, potasio, hierro, magnesio y taninos, que son antioxidantes. Estos nutrientes son esenciales para el fortalecimiento de huesos, la producción de glóbulos rojos y la protección contra el daño celular.
Tiene además un alto contenido en fibra, es antioxidante y provoca un efecto hepatoprotector. Además, el Instituto Nacional del Cáncer norteamericano constata en sus investigaciones que el D-pinitol, presente en la algarroba, es imprescindible para la prevención del cáncer de mama o próstata.
La harina de algarroba tiene un bajo índice glucémico, que ayuda a controlar el azúcar en la sangre, y es una excelente fuente de fibra, lo que facilita la digestión. Su alto contenido en fibra también contribuye a reducir los niveles de colesterol.
Por otra parte, a todas aquellas personas con sensibilidad al gluten o enfermedad celíaca, la harina de algarroba les permite disfrutar de productos horneados sin comprometer su salud digestiva.
La inclusión de la harina de algarroba en la elaboración de panes y productos horneados viene a sumarse a una larga lista de usos conocidos hasta la fecha para la algarroba o garrofa, que se incorpora a bombones, brownies, helados y otros alimentos y bebidas. Cabe recordar que, como producto sustituto del chocolate, se emplea, entre otras razones, por no contener cafeína ni teobromina.