- Según la Guardia Civil, el documento intervenido, manuscrito, contiene elementos comunes a los difundidos en su día por ETA tras sus ataques
Según la información aportada por el diario ABC y Agencia6, los CDR, y más concretamente el Equipo de Respuesta Táctica (ERT) desmantelado por la Guardia Civil a finales de septiembre pasado, tenían redactado ya un borrador del comunicado con el que pretendían reivindicar sus atentados, según fuentes de la máxima solvencia consultadas por Agencia6. El documento fue intervenido por los agentes del Servicio de Información del Instituto Armado y, según los analistas, contiene elementos comunes a otros similares que difundían bandas terroristas ya desmanteladas como ETA o Terra Lliure tras sus ataques.
La intervención de este borrador es un elemento más que apunta a que estamos ante un embrión de organización terrorista. Habían preparado atentados, tomado fotografías de objetivos, experimentaban para fabricar explosivos, contaban con células durmientes preparadas para ser activadas en el momento en que fuera preciso, veían las algaradas callejeras como otra herramienta e, incluso, como se ha señalado, ya tenían previsto el escenario posterior al atentado y la reivindicación correspondiente.
El salto cualitativo de lo que es la protesta callejera más o menos organizada al escenario de un grupo dispuesto a utilizar la violencia para conseguir sus objetivos, en este caso la independencia, incluso con el respaldo más o menos expreso por parte de determinados líderes políticos, se ha producido ya, siempre según las fuentes consultadas. De hecho, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón tiene abierta una pieza por terrorismo, en la que que se investigan los sucesos de Cataluña.
El borrador de lo que iba a ser la reivindicación de un atentado fue intervenido a finales de agosto pasado, durante los seguimientos que se hicieron a uno de los miembros más activos del autodenominado ERT. Este individuo intentó deshacerse del documento pero los agentes de Información de la Guardia Civil pudieron hacerse con él poco después de que el sospechoso lo tirara en un lugar que consideraba seguro.
Se trataba de un manuscrito, sin duda alguna un borrador, que contenía lo que iba a ser la reivindicación, o una reflexión para hacer pública después de un atentado. Los analistas del Instituto Armado consideran en este sentido que reúne elementos propios de los comunicados reivindicativos hechos públicos con ocasión de atentados cometidos en el pasado por organizaciones terroristas de corte secesionista como ETA o Terra Lliure.
La autoría del documento, por lo demás, no ofrece duda alguna porque está firmado, y esa firma coincide con la del carné de identidad del miembro del ERT que intentó deshacerse del mismo. Este dato abona la teoría de los investigadores de que el sospechoso en cuestión era uno de los líderes del grupo desarticulado, con ascendente sobre el resto.
En cuanto al contenido del borrador, escrito en catalán, es el siguiente: «Nos querremos si solo si, hacemos nuestras cosas por nosotros. Habrá gente que las aceptará, aceptará nuestros actos y seremos valorados y seremos valorados y queridos por los mismos o no. Dependerá de los juicios de valor de cada individuo o colectivo. Nunca deberíamos hacer las cosas por agradar, haremos las cosas según nuestro criterio, valores, ética y nuestra estima», y a pie de página está la firma.
Al día siguiente de la intervención del documento, el autor del mismo tuvo una inquietante conversación telefónica con otro miembro de la célula investigada en la que le pide reunirse con él para enseñarle «una cosa», a lo que su interlocutor le responde que no puede y que si se trata de «las fotos». «Por teléfono no te lo digo», responde el primero, lo que demuestra que eran plenamente conscientes de que estaban llevando a cabo actos ilegales y por tanto tomaban medidas de seguridad para no ser descubiertos.
A continuación, el individuo que recibe la llamada reflexiona sobre que «somos cuatro luchando por los que no lo merecen, y según qué pasos demos, los nuestros de la calle tampoco se lo merecen». Finalmente, el autor del borrador confiscado le explica que «yo mientras tanto voy haciendo y te mando fotos», lo que haría, según se desprende de la conversación, vía «Signal», un sistema de comunicación que consideraban seguro.
Ese mismo día el autor del documento acudió al domicilio de sus padres, donde estaba el «laboratorio» para experimentar con sustancias explosivas, con unas cajas cuyo contenido no se pudo averiguar. Allí permaneció más de seis horas antes de regresar a su domicilio.
Como ya informó Agencia6, a los detenidos se les intervinieron apuntes manuscritos con las instrucciones para fabricar Goma 2 y explosivo plástico, y en la operación se confiscaron sustancias precusoras para fabricar otro tipo de artefactos.
Como se ha visto, las medidas de seguridad habían comenzado a ser una obsesión para el ERT desmantelado por la Guardia Civil. En dos bolsas que fueron intervenidas en la operación se encontraron siete emisores-receptores portátiles -se les había visto utilizarlos en varias ocasiones a lo largo de la investigación-, así como un rastreador de frecuencias, probablemente para interceptar las comunicaciones policiales.
Las fuentes consultadas por Agencia6 insisten en que un sector del nacionalismo catalán ha comenzado a ver la violencia como un instrumento más en el camino a la independencia. Esta visión es incluso compartida por una parte de los líderes secesionistas y de la propia Generalitat, que como se ha visto no han condenado de forma rotunda las algaradas.