El coronavirus, un cuento chino de «todo a un euro»

Somos muchos quienes empezamos a tener claro que el asunto del coronavirus es un cuento, que en este caso tiene origen, según nos dicen, en China. Miren amigos, no me creo nada de esta historia que se repite en todos sus patrones. ¿Recuerdan Ustedes la gripe H1N1 que en 2009 nos mantuvo en alerta, justo cuando la crisis económica empezaba a sacudir fuerte en el grueso de las economías humildes de todo el mundo?. Seguro que sí.

En aquel caso sucedió como ahora, nos hicieron estar pendientes uno a uno de los posibles casos de infección, que en el caso de España se llegó a hablar de un par de centenares de afectados, pero que al final todo quedó en una treintena. Ahora, con la aparición de las redes sociales de forma masiva, nos falta saber si las bragas de la señora o el slip del caballero son de color negro o blanco cuando llegan al hospital, o son atendidos en sus hoteles de vacaciones, porque en eso hemos avanzado. Ahora ya no hay que ir a un centro hospitalario, sino que te atienden en tu lugar de vacaciones mientras otros inocentes, como los curritos de los establecimientos o el personal sanitario, «se la juegan».

No me creo nada porque estoy convencido que esto es un cuento chino para distraer la atención que los políticos andan realizando por los cuatro puntos cardinales del planeta. Tampoco me creo, pero con rotundidad, que en China se construyera un hospital en una semana. ¡Ni que fueran Dios!. Resulta que son incapaces de controlar una supuesta infección y sin embargo son capaces de construir un complejo único en el mundo en siete días para erradicar y controlar lo que antes ha sido incontrolable. Eso es pura invención de la propaganda comunista, es decir, todo mentiras. Y se las hemos comprado, como hacemos en los establecimientos chinos que han invadido nuestros pueblos y ciudades, a precio de saldo. Tontos hasta almorzar y luego todo el día.

Ya verán como en unos días, China será la buena de este cuento, y el resto de países del mundo los malos. Ya empiezan a decir que en el «monstruo asiático» son menos los infectados que en el resto de los cinco continentes juntos. Éso es el comunismo

Si se dan cuenta Ustedes, además, todos los casos se relacionan con viajes, con supuestas visitas a ciertos países, con llegada de gente de aquí y de allá. Algún interés debe haber para intentar dañar al sector turístico y de agencias de viaje, por poner un ejemplo, dado el empecinamiento en las informaciones «oficiales» que nos van zascandileando los responsables de turno. Sin embargo, el suspuesto caso de una infectada por el coronavirus en Sevilla, la pobre mujer no salió de su casa, por tanto el contagio debió llegar por obra del Espíritu Santo, de mano de la Divina Providencia. Nos quieren hacer creer que para «pillar» algún «bicho» hay que ir a determinados sitios. ¡Cuánta inocencia!

Amigos, mientras cada día mueren en el mundo miles y miles personas por enfermedades familiarizadas por desgracia con todos nosotros, como es especialmente el cáncer, ya lo asumimos como algo «normal» pese a que la Medicina llega décadas intentando alcanzar remedio para ello, cosa que al parecer está en ciernes. Ya se habla del año 2040 como meta para tener solución a los millones de personas que mueren al año en el mundo por esta terrible enfermedad como es el cáncer. ¿Y qué decir de los fallecidos en España y en el mundo por gripe común cada día?. ¿Y a esos casos se le presta alguna atención pese a ser mucho más graves que el cuento chino de ahora?

Los humanos llegamos al mundo un día a una hora en concreto que siempre quedará recogido en un documento y lo recordarán nuestras madres. Sin embargo, la muerte nos puede llegar cuando menos lo esperamos, bien de accidente o bien por una enfermedad que puede ser común, rara, o extraña como nos dicen que es el coronavirus. La vida es muy caprichosa, y no deja de ser una ruleta dando vueltas a los que a uno nos toca unas cosas, y al resto otras.

No hagan caso al coronavirus. Da igual lo que digan porque se está demostrando que no tienen ni idea tan siquiera para prevenir su expansión ni control. Recuerden que en los últimos tiempos nos han vendido «pandemias» como el ébola del que ya nadie habla y abría informativos, ¿lo recuerdan?, las vacas locas que de repente al parecer se volvieron cuerdas mientras arruinaron al sector ganadero, ¿lo recuerdan?, el sida del que ya no hay noticias de impacto porque hay solución a aquella enfermedad «que puso en órbita el Vaticano para acabar con los maricones», como llegó a delirarse al efecto en «medios especializados» ¿lo recuerdan?, o la gripe aviar o H1N1, que nos tuvo en vilo hace una década, y de la que de repente se dejó de hablar cuando algo que no convenía de lo que se hablase, pasó a mejor ciclo. ¿Lo recuerdan?

Todo cuentos chinos. De algo hay que morir. No pierdan el tiempo con las «ultimas horas» del coronavirus. Mientras le cuentan que uno de Villanueva del Trabuco tiene fiebre y está en cuarentena, hay docenas de personas que fallecen en los más de ocho mil pueblos de España, y nadie habla de ello pese a ser mucho más grave que el virus ese y su corona. Y no hablemos de los accidentes laborales o los de tráfico, ¡que esos sí tendrían solución!

No se dejen tomar el pelo. Hagan vida normal, que bastante tenemos con la porquería de gente que nos quiere manipular desde la casta política y sus nefastos asesores y portavoces (No comment). Sean libres y felices, que es lo único seguro que vamos a tener fuera del control de estos irresponsables y sus películas. Porque si se dan cuenta, esto no deja de ser más que un mal guión de película de esas que echan en las teles de ahora a las cuatro de la tarde un sábado para mantener controlado al rebaño de borregos. Éso somos para ellos, ni más ni menos.

Feliz viernes!