La República Checa tiene la cuarta parte de la población de España, y se ha considerado insostenible la situación por la oposición y la prensa al superarse los 500 fallecidos. Sería el equivalente a los 2.500 en España y no los 50.000 que ya se cuentan por diferentes organismos pese a la ocultación del gobierno socialcomunista que sufrimos.
El ministro de Sanidad de República Checa, Adam Vojtech, ha presentado este lunes su dimisión, alegando que quiere permitir que el Gobierno de Andrej Babis pueda seguir una nueva estrategia en la lucha contra el coronavirus en plena escalada de contagios.
Las autoridades sanitarias checas elevaron la semana pasada a niveles inéditos las cifras de casos diarios, después de que el país lograse ser uno de los menos afectados de Europa en la primera ola de marzo y abril, gracias en gran medida a la rápida aplicación de medidas de confinamiento.
Vojtech, que seguirá como diputado, ha comparecido ante los periodistas para confirmar que renuncia al Ministerio. El ministro saliente ha defendido que, durante su etapa al frente de Sanidad, ha hecho todo lo posible para contener la pandemia de COVID-19, según Radio Prague.
Babis le ha agradecido su labor y ha dicho entender su dimisión, que ha atribuido a la cascada de críticas sufridas por Vojtech desde formaciones opositoras y medios de comunicación. La oposición, de hecho, sostiene que la dimisión de Vojtech llega demasiado tarde.