Mientras medios provinciales y nacionales se han cebado durante más de una década con siete personas, culpándoles de un crimen del que han sido absueltos, otros hace años que hicimos los deberes analizando a conciencia la espantosa investigación llevada a cabo tras el asesinato de Alejandro Ponsoda, alcalde de Polop en el momento del crimen.
Todo esto es la estampa inequívoca del deterioro de una prensa mayoritariamente prostituída que no conocen en muchas ocasiones nada más que juntar letras para hacer daño a personas inocentes. ¿Quién restablece ahora el daño ocasionado a padres de familia, empresarios, familias, amigos y entorno de los que han sido señalados durante más de diez años como culpables, cuando eran tan inocentes como Usted y como yo?
El jurado popular responsable de condenar o absolver a los acusados no han encontrado pruebas suficientes para «rematar» una faena que durante los días del juicio parecía que tuvieron muy claro tanto los investigadores como la Fiscalía, quien llegó a decir que «el autor de la muerte de Alejandro Ponsoda sigue paseando por las calles de Polop». Pues como diría un castizo, «así se las ponían a Felipe II», ahora tocaría buscar a ese autor porque el jurado ha dejado claro que no son ninguno de quienes hasta ahora creíamos o nos habían hecho creer.
Nuestro director editorial, Pepe Martín, tuvo el honor de analizar de forma concienzuda con el principal acusado, Juan Cano, lo sucedido desde el minuto uno del crimen. Y es el momento de recordarlo, de refrescar lo que otros no han hecho sino intoxicar no creyendo a los inocentes.
Hacía más de seis años que nada nuevo había aparecido en la investigación. ¿A qué se han debido tantas dilaciones? ¿Por qué se ha hecho sufrir tanto a esta gente inocente?. Ahora todos ellos respiran tranquilos, e imaginamos que exigirán responsabilidades a quienes se han cebado con ellos intentando vulnerar durante diez años su presunción de inocencia, hoy plasmada en una sentencia absolutoria de la Audiencia Provincial de Alicante.
En días como hoy, tras la absolución, vienen a la mente el comportamiento de cargos políticos del PP de Alicante, que corrieron incluso a prisión para pedir la renuncia de Juan Cano como alcalde y entregar su baja en el partido. También me viene a la mente el daño que ocasionaron a Ariel Gatto, una persona maravillosa a la que dejaron en la ruina porque incluso llegaron a embargarle su piso adquirido con el sudor de su frente. Y así podríamos contar uno a uno todo el daño que esto ha supuesto para personas que han atravesado por un túnel donde la poca luz que se veía al final del trayecto, hoy se ha convertido en Justicia. Hoy es, sin duda, uno de esos días donde se cree en el sistema judicial porque ha demostrado que funciona.
No puedo ocultar mi alegría por el veredicto, estaba convencido de ello. Para muchos hoy por hoy la Justicia sigue siendo la verdadera esperanza en poner orden en el desaguisado carajal de cloacas y medios de comunicación podridos con los que nos toca comulgar a diario.
Alejandro Ponsoda, hombre al que queríamos muchos desde el gremio de la prensa, y con quien nos unía una relación extraordinaria, MERECE saber quién fue su asesino o asesinos. Y Polop también necesita conocer qué pasó aquella noche en su pedanía de Chirles.
Muchas felicidades a los siete acusados.
Felicitaciones, por ser un medio objetivo.
Nada sensacionalista, cómo los qué estuvieron en el juicio.