La diversidad de Espacios Naturales que atesora el territorio de Castilla y León le ha valido destacar en el conjunto de la Europa Occidental como una región considerada con la mayor unidad natural
Castilla y León entra en la política de protección, que se inicia en el año 1872 en el panorama mundial, cuando se declara en EE.UU. el primer Parque Nacional de la historia: Yellowstone. España se unió a esta iniciativa y estableció la primera protección a los parques nacionales en 1918.
En el año 1991 la Junta de Castilla y León afronta el marco legal que permite el amparo, protección y regulación de aquellos Espacios que destacan por su calidad natural. Actualmente, Castilla y León cuenta con 40 Parques Naturales dentro del programa de Parques Naturales de Castilla y León, amparados por la Red de Espacios Naturales, un extraordinario mosaico caracterizado por la diversidad y calidad medioambiental en un territorio donde la montaña, la llanura y la ribera dan asiento a una amplia gama de ecosistemas asociados a la fauna, la flora y, sobre todo, a un entorno donde las poblaciones siguen conviviendo en el mismo Espacio Natural.
La Naturaleza se convierte así en un producto turístico de primer orden que contribuye a recrear un variopinto museo natural lleno de ecosistemas, frondosos valles, fauna y flora autóctona y paisajes y lugares de incomparable belleza. La férrea protección medioambiental de estos parques naturales permite la convivencia del visitante, el lugareño y el entorno natural.
En Castilla y León, los Picos de Europa, la Sierra de Gredos, el Monte Santiago, los macizos montañosos de la Sierra de La Demanda, las montañas de Urbión o la Sierra de Ancares son, entre otras, las zonas de montaña que entusiasman a los amantes de la naturaleza, el senderismo y los valores medioambientales. Además, bellos lagos, sierras frondosas y cursos de ríos encajonados por la erosión de sus cauces como los Arribes del Duero, Las Hoces del Duratón, el Cañón de Río Lobos o la Yecla configuran parajes de inusitada belleza y singularidad. Por este motivo, la región castellana y leonesa es un destino obligado en la Europa Occidental para disfrutar de un marco natural vivo.