Mañana se cumplen dieciséis años del atentado terrorista más cruel de todos cuantos han tenido lugar en suelo de Europa. El 11 de marzo de 2004 doscientos seres humanos que habían madrugado para ir a trabajar fueron asesinados en Madrid en aquella matanza que dejó a dos mil heridos, algunos de ellos de forma irreversible.
Fue el primer gran atentado tras el 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos. A partir de aquello el mundo cambió, y siempre se ha dicho que tanto de lo bueno como de lo malo «hay que aprender siempre». Lo bueno para extenderlo, y lo malo para intentar que no se repita.
Ahora tenemos a la población aterrorizada por la expansión del coronavirus. Antes de llegar a España, y durante dos meses, hemos visto crecer y crecer….hasta el punto de tener tiempo a aprender de lo que NO debería hacerse para evitar esta enfermedad. Ni políticos del gobierno, ni políticos del Congreso de los Diputados, ni en el Senado, ni en los gobiernos autonómicos ni en sus parlamentos, ni tampoco en las diputaciones, y por supuesto, tampoco desde los ayuntamientos, nadie con poder de decisión ha tenido agallas para levantar su voz y movilizar a todos para «remar» y luchar contra este virus, que entre sus daños y los que ocasionan los irresponsables que nos mal gobiernan en todas partes, puede ser calamitoso para todos.
La sanidad pública, ejemplar cuando las cosas son normales, empieza a dar síntomas de colapso en algunos lugares, cuando en este momento hablamos de 1.622 afectados y 35 víctimas. Hablemos claro porque si sigue esta progresión, se va a tener que decidir en los hospitales si se atiende a uno o se desahucia a otro afectado, sobre todo porque puede agotarse el material necesario para aliviar la malaltía de cualquier afectado.
El gobierno ha sido inútil desde el minuto uno y lo sigue siendo hoy. La oposición ha sido inane y lo sigue siendo. Lo del «positivo» en covid-19 del secretario general de Vox, Ortega Smith, es para lincharlos a hostias como panes desde hoy hasta el resto de sus días. No tuvieron ni responsabilidad ni agallas para plantarse ante el gobierno el pasado domingo día 8, y ser ellos los primeros en suspender su acto en Vistalegre, donde les faltó practicar una «autofellatio» para demostrar lo buenos, grandes, hermosos, divinos y maravillosos que son.
En Vistalegre todos se fotografiaron con Ortega Smith, y desde allí salieron hacia todos los lugares de España, llevando a todas las provincias españolas el riesgo y peligro de ampliar como bombas de racimo el contagio.
¿Y qué decir de las manifestaciones del 8 de marzo?. El domingo, mientras veía a niñas diciendo barbaridades en las televisiones «progres» y a sus madres escupiendo veneno por su boca contra los hombres, me daba asco como español de haber estado creciendo junto a gente así, y no haberme dado cuenta. Ahora bien, si muchos del regimiento de la horda de ultraizquierda que salieron irresponsablemente a las calles se comportaron así, la guinda la puso la mujer del «coletas», que ha logrado lo que parecía imposible en España, y es que una cajera de supermercado se dedique en el año 2020 a redactar leyes para una de las potencias mundiales como somos los españoles. Quizás porque les molesta a esta peña ser como somos, y andan urdiendo el derrocamiento del estado de bienestar y la sociedad de la que todos nos hemos sentido orgullosos……hasta que han llegado estos.
Del fútbol prefiero no opinar. Ahora resultan más importante los contratos de la televisión con la Liga para que vean nuestros partidos en el mundo, y son capaces de poner en riesgo la salud de los jugadores antes de suspender, como han hecho los suizos. No aplazar no, suspender. Tiempo habrá de jugar los partidos que sean, y si no se juegan, tampoco pasa nada.
La Eurocopa, los Juegos Olímpicos de Tokyo ( no quiero ni imaginarme si la elegida hubiera sido Madrid,¿lo recuerdan?, Eurovisión……incluso las clases en institutos y universidades, si se tienen que suspender, se supenden. Y si no se juega la edición de 2020, pues ya llegaran las de 2021, 2022……y años venideros.
Lo que no tiene lógica es seguir jugando con fuego. Yo fui el primero que dije que lo del coronavirus «era un cuento chino». Y no, ni cuento ni porras, es una realidad muy peligrosa que con su expansión puede derivar en algo que hoy desconocemos. ¿Por qué digo ésto?. Pues porque se nos dijo que con la llegada de temperaturas por encima de los 25 grados el virus se tomaría «vacaciones», y por desgracia, el mercurio ha subido por encima de esa cifra en muchos puntos de España, y la cifra crece y crece.
Tenemos un gobierno ilegítimo porque llegó con la mentira al poder, y por esa regla de tres, ahora no hay que fiarse de nada que nos digan. Yo no creo nada que salga por la boca de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, ni por supuesto de sus meninas, zotes como nunca vistas en el mundo
Así lo hemos querido. Primero eligiendo a los más tontos de cada casa, y además, con el peligro de que entre ellos luego se han abrazado para jodernos más de lo que podíamos imaginar en nuestros peores sueños. Pero dicho esto, quede claro que lo que es imperdonable es que los españoles, supuestamente bien comunicados hoy con las redes sociales, tenemos delito al haber creído que el virus es cosa de otros. Lo del pasado fin de semana pasará a la historia. Mayor irresponsabilidad no cabe en todos. Repito, de todos, porque en esta no se salva ni uno, ni una, ni une. Lo digo por aquello de la «igualdad», esa que puede haber provocado miles de infectados en las calles de España.
En fin, así lo hemos querido, y por tanto, tenemos lo que queremos!
Feliz martes!
