Artículo del presidente Emiliano García-Page con motivo del Día Internacional de la Educación, «La educación sí se ve»

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Sostiene el Preámbulo de la LOMLOE que «Una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos y ciudadanas». La educación nos permite reconocer el término medio entre el exceso y el defecto, nos ayuda a discriminar y diferenciar lo benéfico de lo venéfico. Y los gobernantes tenemos nuestra responsabilidad en ello, los gobernantes debemos procurar la mejor educación que un país pueda tener, y las familias y los docentes la responsabilidad de que la juventud reciba la mejor educación que puedan llevarse a cabo en los hogares y las aulas.
 
Decía Hannah Arendt que se puede enseñar sin educar, pero no se puede educar sin enseñar. La calle, la televisión, un libro… nos pueden enseñar, pero educar… Educar debe educarse en todo momento, no únicamente en las aulas, educar es una tarea de todos y todas —aunque algunos y algunas dedican su vida y oficio a transmitir el sentido del mundo a los futuros adultos—; educar se educa en la familia, en el colegio, en el instituto e incluso en la universidad. Educar, que proviene de Educere, lleva implícito en su significado la intención de extraer el potencial que la persona puede dar de sí. La educación tiene que enseñar a acertar y a errar, porque errando también se aprende y nos ayuda a aceptar quiénes somos y qué podemos ofrecer; quiénes fuimos y hemos ofrecido; y quiénes podemos llegar a ser y ofrecer a los demás.
 
La Educación sí se ve. Se ve a pesar de ser intangible, de ser algo que en la mayoría de las ocasiones es complicado definir. La educación es el techo que nos protege de inclemencias impredecibles, la ventana que nos muestra el mundo exterior, el jardín que nos permite disfrutar, la muralla que impide que se cuele lo dañino, y también el camino que nos conduce hacia y desde cualquier lugar. La educación es poder, poder del positivo, del bueno, del que sirve para avanzar y que hace avanzar la sociedad. Educar es proteger y protegerse; educar es al mismo tiempo la lluvia y el paraguas que la frena, el barco y el puerto que lo acoge. Educar es descubrir y descubrirse. La Educación sí se ve, se ve en quienes la utilizan como un arma para vencer la discriminación, el machismo, la pobreza, o el fanatismo.
 
Hoy es el Día Internacional de la Educación. Durante este último año, he felicitado en numerosas ocasiones a todas y todos los que estimuláis, provocáis y activáis la educación en nuestra comunidad.
 
Y hoy vuelvo a hacerlo, porque cuando ha habido momentos difíciles, habéis sabido reaccionar y procurar que los objetivos para los que trabajamos puedan realizarse, es decir, que todo alumno y alumna de nuestra comunidad reciba la educación a la que tiene derecho. No habéis olvidado nunca que el mayor premio que puede otorgársele a alguien o a uno mismo es educarse. Quienes enseñáis y, además, educáis, tenéis toda mi admiración. Gracias docentes y familias por conseguir que lo difícil, sea fácil.

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