Análisis de TORMENTED SOULS 2

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Juego disponible en formato físico para PlayStation 5 y en formato digital para PC, PlayStation 5 y Xbox Series X/S.

En una época dominada por juegos de acción frenética, cámaras libres y sustos fugaces, Tormented Souls 2 decide mirar atrás… y hacerlo con una reverencia casi devota. Desarrollado por Dual Effect, publicado por PQube y distribudo en formato físico por Meridiem Games, este título aterriza dispuesto a reclamar el trono del survival horror más puro, aquel que no teme ser incómodo, exigente y, sobre todo, profundamente atmosférico.

La primera entrega, lanzada en 2021, sorprendió por su valentía: un homenaje descarado a Resident Evil y Silent Hill, pero con suficiente personalidad para sostenerse por sí mismo. Su secuela, más ambiciosa en todos los frentes, no busca reinventar la rueda, sino perfeccionar la sensación de vulnerabilidad y angustia que define al género.

Cuando la oscuridad no olvida

La trama vuelve a girar en torno a Caroline Walker, quien, tras los sucesos del primer juego, intenta reconstruir su vida. Pero el pasado tiene la costumbre de no quedarse quieto. Anna, la hermana de Caroline posee una extraña enfermedad y deciden ir a Villa Hess, un remoto pueblo del sur de Estados Unidos con un pasado oscuro. Fundado hace siglos por la solitaria tribu ismuit -un pequeño grupo religioso que rehuía el mundo exterior-, el pueblo oculta horrores indescriptibles bajo su antiguo exterior plagada de secretos religiosos, laboratorios ocultos y símbolos prohibidos.

Aunque el guión no es revolucionario, su tono lúgubre y su constante ambigüedad generan una atmósfera opresiva que te mantiene en constante alerta. Aquí no se trata de salvar el mundo, sino de entender qué ocurrió y sobrevivir el tiempo suficiente para no perder la cordura.

Diseño digno de una película de terror

El estudio chileno Dual Effect sabe exactamente a qué público apunta. Las cámaras fijas y los ángulos intencionadamente incómodos vuelven con fuerza, acompañados de un sistema de control que mezcla lo clásico con pequeños ajustes actuales.

Los puzles son el corazón del juego: complejos, lógicos y, en ocasiones, despiadadamente crípticos. No basta con recoger llaves; aquí se combinan objetos, se interpretan símbolos y se explora hasta el último rincón de los escenarios.

La gestión de recursos sigue siendo vital. La munición es escasa, los puntos de guardado limitados, y cada enfrentamiento puede costarte caro. El combate, aunque mejorado respecto al original, sigue siendo deliberadamente tosco: un recordatorio constante de que Caroline no es una heroína de acción. Nos saldrán al camino numerosos enemigos, unos se delatarán con el sonido de sus gruñidos y otros aparecerán cuando menos te lo esperes. Hemos dicho que Caroline no es una heroína de acción, pero podrá defenderse de los ataques de sus enemigos desde la con una clavadora, una escopeta o cuerpo a cuerpo con una barra de acero. Esto no quiere decir que sean fáciles de eliminar, pero podemos esquivarlo pulsando un botón donde nos dejará con un pequeño margen de ataque.

Documentos rotos, grabaciones, y habitaciones donde cada detalle insinúa algo terrible. No hay secuencias de acción continuas ni exposición directa: el juego confía en el poder del silencio y la insinuación. En ese aspecto, hereda lo mejor del terror psicológico de los noventa que tantos malos ratos (o buenos) nos hicieron pasar. También disponemos de un mapa más detallado y opciones de dificultad ajustables, que mantienen fresco el desafío sin excluir a los recién llegados al género.

Estética dantesca y monstruos de pesadilla

Visualmente, Tormented Souls 2 se percibe más ambicioso que su anterior capítulo. Los escenarios tridimensionales —iglesias góticas, pasillos inundados por las sombras, cambios de dimensión o cárceles devoradas por el óxido— mezclan un detalle sorprendente con una iluminación inquietante.

El motor gráfico ha mejorado, pero conserva ese aire retro deliberado, una textura granulada que da identidad y evita el brillo impoluto del horror moderno. Es más, si entramos en alguna zona donde no haya nada de iluminación, Caroline entrará en pánico y morirá.

Pero uno de sus apartados más flojos lo encontramos en las animaciones faciales de Caroline y de otros personajes secundarios donde parecen haberse creado a finales de PlayStation 3. No es una cosa que moleste mucho, pero se podrían haber trabajado un poquito más.

Comparativa entre almas atormentadas

Si el primer Tormented Souls era una carta de amor al survival horror, esta secuela es su más pura madurez emocional. Todo se siente mucho más pulido: controles menos rígidos, mejores cinemáticas y una ambientación más coherente. Los puzles se han multiplicado enormemente y ofrecen mayor variedad, y el mapa evita frustraciones innecesarias sin romper la sensación de aislamiento, pero con el «temido» backtracking donde tendremos que volver una y otra vez como en los juegos de terror de antaño.

Donde el original pecaba de torpeza en el ritmo, esta secuela sabe cuándo presionar y cuándo dejar respirar. No renuncia a su espíritu clásico, pero corrige gran parte de las asperezas jugables del primer Tormented Souls. No obstante, sigue siendo un juego para quienes aman ese sabor retro. Aquí el miedo nace también del ensayo y error.

Una banda sonora que te hará volver al pasado

La banda sonora es minimalista pero efectiva: notas de piano que se arrastran como pasos en la oscuridad, cuerdas tensas que se rompen justo antes de un susto, y largos silencios que dicen más que cualquier melodía. El diseño de sonido es el verdadero protagonista: chirridos, respiraciones, puertas que gimen… cada eco es una amenaza visible e invisible a partes iguales. Cuando entramos a una habitación segura la música cambia a otra mucho más tranquila, como pasaba en Resident Evil 2.

Y aunque las voces mantienen un nivel algo irregular —herencia directa del primer juego—, el conjunto audiovisual logra su propósito: te hace sentir solo, vulnerable y observado. Cuando la pesadilla se hace ritual, volver no es sobrevivir: es recordar por qué el miedo nos fascina.

CONCLUSIÓN:

Tormented Souls 2 no intenta gustar a todos. Y ahí radica su poder. Es una obra sincera, artesanal y valiente, que rescata la esencia de un género que se resiste a morir. Entre sombras, puzles y ecos de plegarias rotas, Dual Effect demuestra que el miedo puede seguir siendo elegante… incluso cuando viene envuelto en nostalgia.

Tormented Souls 2 es más que un homenaje: es una declaración de intenciones. En un mercado donde el horror suele ser un espectáculo visual, Dual Effect recuerda que el miedo más genuino nace del silencio, la soledad y la impotencia.

Caroline Walker regresa para recordarnos algo que el género a veces olvida: no hay monstruo más aterrador que el que espera al otro lado de la puerta.

Uno de los mejores survival horror en años.

Hemos realizado el análisis gracias a un código que nos ha proporcionado Meridiem Games.

Lo bueno:

  • Atmósfera de terror clásico perfecta.
  • Puzles desafiantes y variados que recompensan la observación.
  • Mejora técnica y jugable respecto al original.
  • Diseño sonoro excepcional, que eleva la tensión.
  • Opciones de dificultad ajustables que amplían su accesibilidad.

Lo malo:

  • Controles y combate aún algo rígidos, fieles a su estilo retro.
  • Voces y animaciones que podrían pulirse más.
  • Algunos puzles excesivamente crípticos que pueden romper el ritmo.

¿Para quién es este juego?

  • Fans del survival horror clásico, amantes de los Resident Evil originales, Silent Hill o Alone in the Dark.
  • Jugadores que disfrutan explorando, resolviendo acertijos y sobreviviendo con pocos recursos.
  • Quienes buscan una experiencia de terror atmosférico, más centrada en el suspense que en la acción.
  • No recomendado para quienes prefieran un ritmo rápido y acción constante.
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