Análisis de la versión de Xbox One. También disponible en PC.
A finales de los 80 y principios de los 90, los animales antropomórficos eran los dueños de las series de dibujos animados en gran parte debido al boom que en su día fueron «Las Tortugas Ninja» (TMNT) surgiendo así innumerables imitadores, la mayoría olvidados de forma muy temprana … y luego estaban los Battletoads. El juego original de NES tomó esas inspiraciones más básicas, pero entregó un beat ‘em up de mezcla de géneros que sus amigas las tortugas no habían hecho, en su hoy por hoy, genial máquina recreativa.
Han pasado 26 años desde que los sapos de Rare dejaron una huella imborrable en nuestra memoria. Gracias a Microsoft Studios, Rare Ltd y Dlala Studios los tenemos por fin de vuelta. Al igual que los juegos anteriores de la serie, Pimple, Rash y Zitz tiene habilidades totalmente diferentes, como fuerza, rapidez y una pequeña mezcla de ambos respectivamente. Si jugamos en solitario, podemos cambiar entre cada personaje sobre la marcha, siempre y cuando les quede algo de salud.
Battletoads también conserva el aspecto más importante que lo hizo tan diferente con respecto al resto: una diversidad totalmente distinta de modos de juego. Los niveles de introducción se centran en los beat ‘em up, pero los divertidos mini-juegos, las secciones de carreras y una buena combinación de otros géneros ganan terreno rápidamente hasta la recta final.
Intercaladas entre niveles independientemente de la jugabilidad inesperada, se encuentra una narrativa crucialmente absurda, bien escrita y animada al más puro estilo Cartoon Network, siendo así el apartado artístico lo que más ha sido criticado por alejarse de las expectativas más puristas y conservadoras que pedían a gritos un acabado «más real». La serie Battletoads siempre ha tenido una extraña calidad de ruptura de cuarta pared, pero la nueva historia es alegremente arqueada, bellamente animada y llena de bromas y humor autorreferencial que funciona a su favor, pero que se aleja del tono gamberro de las series de los 90. Nadie esperaría que la historia sea una de las mejores características del juego, pero de alguna manera así es, y es una agradable sorpresa.
Como buen beat ‘em up, Battletoads ha sido diseñado para el disfrute de 3 jugadores, pero sólo en modo local (inexplicablemente no tiene modo online, algo imperdonable hoy en día en este tipo de juegos), controlando así cada jugador a cada uno de los Toads. Cada sapo tiene una combinación de ataques y técnicas bien diferenciadas. En un bonito guiño a la versión arcade y primer juego de Nes, pueden usar su lengua para comer moscas para recuperar la salud, y la simplicidad de las primeras peleas evoluciona hacia escenarios intrincados repletos de enemigos y sin un leve espacio para el descanso. Incluso en la dificultad fácil, el desafío está diseñado para presionar a los jugadores a aporrear los botones sin sentido, así como para motivarlos a inspeccionar los escenarios y alzarnos con los distintos coleccionables.
Aún así, no hay una larga lista de movimientos o armas enemigas, los encuentros con los jefes son simplistas y en ocasiones deficientes, y las peleas ocasionalmente pueden convertirse en algo frustrante, pero poco más allá. La mayoría de los niveles son interrumpidos de forma rutinaria con una broma que no se puede omitir o un simple puzzle; donde el primero solo es divertido una vez, y el segundo es ocasionalmente interesante, pero repetitivo (¿¡en serio era necesario esto!?), reduciendo así las ganas de regresar a los niveles para buscar coleccionables o probar una dificultad todavía mayor en una nueva partida.
Battletoads se divide en cuatro actos, y la jugabilidad en cada uno difiere enormemente, pueden ser divertidos, pero también se sienten como actos de «querer y no poder y hacer por hacer»… y sí, hay algunas secciones de carreras, más suaves que las de los juegos anteriores de Battletoads y razonablemente con un mejor control, pero igualmente brutales.
Respecto al apartado sonoro, nos deja con una selección de temas muy cañeros que versionan algunas de las composiciones más míticas de la saga, aunque es algo escueta en su repertorio. Los efectos cumplen sin mas y el doblaje nos llega en inglés con subtítulos en español «neutro» repleto de errores que es incapaz de adaptar correctamente los juegos de palabras y chistes que se hacen constantemente. Una verdadera lástima.
En cuanto a su duración total, completar la historia por primera vez nos llevará unas tres o cuatro horas, aunque su rejugabilidad se limita a encontrar todos los coleccionables y poco más, ya que no se han incluido ni marcadores online con los que picarnos con el resto de jugadores de la red al no poseer partida online.
CONCLUSIÓN
Con un sabor agridulce, seguramente habrá algo en Battletoads para recomendar a los fanáticos de la vieja escuela, esos mismos fanáticos que se alegrarán que hayan regresado los Battletoads pero que lamentarán que sea en un juego que no es como todos esperaban. Battletoads es bastante desigual en su diseño hecho intencionalmente, pero sigue siendo recomendado como un digno sucesor de una serie aparentemente olvidada que por suerte aún suena al ritmo de su propio tambor, pero que por desgracia en esta ocasión, se escucha a lo lejos.
Hemos hecho el análisis adquiriendo el juego en la store de Microsoft.