Opinión: «Yo SÍ quiero que me llegue la publicidad electoral a mi domicilio»

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Voy a ser muy breve. No puedo dejar de lanzar a nuestros cientos de miles de lectores lo que vengo sintiendo desde hace un par de semanas, cuando en la prensa nacional, regional y provincial, toda ella prostituída hasta el túetano, han empezado una campaña pagada por el poder establecido donde nos invitan a solicitar que no nos llegue la publicidad electoral a nuestros domicilios de cara a las elecciones del 10 de noviembre próximo.

¿Por qué me invitan a ello?. Miren amigos, el pasado mes de mayo tuve que ser miembro de una mesa electoral porque en el sorteo de mi Ayuntamiento me correspondió realizar esa labor en unos comicios. Durante las catorce horas que estuve sentado en aquella silla del colegio, ví como muchas personas llegaban con sus sobres desde casa porque les había llegado a sus domicilios la propaganda. Otros en cambio venían buscando la papeleta de Vox, por poner un ejemplo, dado que este partido no tuvo dinero para realizar tal dispendio a través de Correos como otros partidos que todos conocemos.

Hablan del gasto excesivo de esa operación estos lumbreras instalados en el poder gracias al apoyo de bildu e independentistas. ¿Y eso no supuso un gasto en todos los procesos electorales celebrados en España desde 1977?. ¡Nos toman por subnormales en primer curso de aprendizaje sin esfuerzo!

Ahora llegamos a los primeros comicios donde Vox, por poner un ejemplo, ha recibio o va a recibir subvenciones como el resto gracias a los 24 escaños del Congreso y los millones de votos emitidos a su favor, y por tanto, tendría dinero para buzonear como siempre se ha hecho en todas las campañas. Y he aquí la clave, porque mucho me temo que esta campaña a bombo y platillo que nos bombardea a todas horas, podría ser que estuviese dirigida a aquellos potenciales votantes de partidos como Vox, por ejemplo, con tal de que sus potenciales electores sigan teniendo que buscar la papeleta en el colegio, a sabiendas que van a estar fiscalizados por los ojos de interventores y apoderados de los partidos que sí habrán buzoneado a mano cada pueblo y cada barrio de las ciudades, e incluso tendrán gente en las mesas electorales «para ayudar», cosa que no podrá tener Vox, al menos de momento. Y quien dice Vox, dice otros partidos minoritarios, con o sin representación.

Creo sinceramente que los españoles deberíamos abrir los ojos de una vez, y darnos cuenta que nos manipulan de tal forma que esto se parece a una democracia lo mismo que una castaña a una magdalena

La emisoras de televisión están en manos de esos que se autoproclaman «progresistas», pero que el progreso social sólo lo entienden para ellos mismos. Es la herencia que nos dejó Rajoy, cuando entregó toda la comunicación a la izquierda, incluso ayudando a oligopolios como Prisa, quien debería haber cerrado sus puertas debido a su deuda multimillonaria, y sin embargo el gobierno rajoyano salió a su amparo. Un amparo que ahora es estricnina a todas horas en contra de su propio partido. Ver para creer el daño que hizo a España «el percebe de Pontevedra», como es llamado en los pocos medios serios que tenemos en el espectro de la comunicación.

Las radios y los periódicos están en continuo baboseo con el poder, porque dependen de ayudas y de favores. La sociedad no existe para los periodistas porque mayoritariamente están prostituidos, y sólo se acuerdan de nosotros para los sucesos y desgracias, ya que ambas cosas levantan las audiencias pírricas que tienen, cada día menores debido al «tsunami» que internet está provocando en todos con la aparición de medios mucho más serios que todos ellos juntos.

Ahora llega una precampaña que va a resultar vomitiva. Ya nos están anunciando que los «debates» los van a sesgar, con una catana si es necesario, a capricho del infame y siniestro personaje que tenemos en La Moncloa. Reconozco que jamás en mi vida había sentido asco por alguien como lo siento por Pedro Sánchez, que no por el presidente del gobierno, figura que me merece todo el respeto. El sanchismo, si no lo paramos, acaba con España, acabará con el PSOE, y terminará por dinamitar la ilusión de futuras generaciones. Estamos a días de poder remediarlo, pero incluso ya pretenden que no podamos comparar, progamas en mano, y decidir como personas adultas a quién votar.

Todos hemos visto que Pedro Sánchez ha pasado de hablar de Unidas Podemos como «socio preferente» a «no fiarse» ni «poder dormir» si hubiera terminado pactando con Iglesias. Es exactamente lo mismo que hará con cada uno de Ustedes que voten al actual PSOE el próximo 10 de noviembre. El personaje no necesita más presentación

Por ello, yo sí quiero que me envíen documentalmente la propaganda electoral. Y las papeletas también. Los españoles sólo nos fiamos de «los papeles», que en el caso de la política es un compromiso firmado por sus líderes. Yo quiero comparar y decidir libremente por mí, no por la sarta y el hatajo de sinvergüenzas multimillonarios que soban y se dejan sobar en los grandes medios por orden el corrupto poder que se ha instalado en España.

Espero haberme explicado, y espero que mi derecho no sea violado por quienes precisamente llegaron al poder gracias a estrategias electorales que ahora niegan porque pudiesen interesarles. Aquí Usted y un servidor somos los dueños de la finca, y ellos nuestros empleados. Que no se confundan, que al final sólo la verdad nos hará libres.

Pepe Martín ( Agencia 6)

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