¡Un nombramiento que une la Casa Real con la lucha anticorrupción en un giro que acelera el pulso de la Guardia Civil! El coronel Pedro Merino Castro, designado este martes nuevo jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) –la élite que desentraña tramas como Koldo o Begoña Gómez–, fue ayudante de campo de Felipe VI durante cuatro años, de 2013 a 2017: primero asistiendo a Don Felipe como Príncipe de Asturias y después como Rey tras su proclamación. ¡Un perfil de máxima confianza que ahora toma las riendas de la unidad que investiga mordidas millonarias, amaños en obras públicas y filtraciones en la Fiscalía, sustituyendo a Rafael Yuste tras su ascenso a general de brigada! Propuesto por la directora general Mercedes González y firmado por la secretaria de Estado de Seguridad Aina Calvo, Merino –con trayectoria en Policía Judicial, Estado Mayor y la Comandancia de Salamanca– llega con un «perfil idóneo» para liderar la UCO en su etapa más candente, un puesto con permanencia mínima de un año que huele a continuidad en la caza de corruptelas.
El salto de Merino de los salones reales a los despachos de la lucha anticorrupción no es casual: su labor como ayudante de campo –un rol de proximidad absoluta al monarca, gestionando agendas, seguridad y protocolos– lo forjó en discreción y lealtad, cualidades que ahora aplicará en una UCO que ha sido el azote de casos como el de Koldo (Ábalos y García en prisión), las mordidas de Cerdán en Servinabar o la investigación al ex fiscal general Álvaro García Ortiz, condenado por revelación de secretos. Fuentes del Ministerio del Interior lo pintan como «el hombre perfecto para la brevedad posible» en cubrir la vacante de Yuste, quien dirigió la unidad desde junio de 2023 en una era marcada por pesquisas de alto voltaje que han salpicado al corazón del PSOE.
Su trayectoria es un compendio de élite: paso por la Unidad Técnica de Policía Judicial, el Departamento de Seguridad Nacional y la Jefatura del Estado Mayor de la Dirección General, antes de comandar en Salamanca y volver a la UCO –donde ya trabajó con anterioridad–. Este regreso no es un capricho; responde a la necesidad de estabilidad en una unidad que ha destapado tramas como la de Almería (mordidas en la Diputación) y que sigue bajo lupa por su rol en el Supremo. El nombramiento, con requisitos exigidos y «mérito idóneo», refuerza la cadena de mando en un momento donde la corrupción política hierve y la UCO no da tregua.
Este nombramiento no es solo un relevo; es un puente entre la lealtad institucional –forjada al lado del Rey– y la batalla contra la podredumbre que devora la confianza pública. ¿Mantendrá Merino el ritmo implacable de Yuste, o imprimirá su sello discreto? En Agencia6, el pulso de la justicia late con este escudero que cambia protocolos reales por esposas a corruptos: ¡de Príncipe a UCO, la lealtad no se jubila! Sigue las primeras operaciones en nuestras redes – porque cuando un ayudante real caza corrupción, el tablero tiembla.
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