¡Un macrosumario que prometía ser el Watergate español se reduce a un suspiro judicial! La Audiencia Nacional ha desmontado gran parte del ‘caso Villarejo’, ese laberinto de espionaje, cohecho y tramas que implicaba a poderes del Estado, el IBEX 35 y hasta la Casa Real: en los seis primeros juicios, 19 absoluciones superan las 15 condenas, con penas drásticamente rebajadas frente a las 200 años pedidas por la Fiscalía Anticorrupción y exoneraciones que dejan a ejecutivos de gigantes como Repsol o Planeta con las manos limpias. José Manuel Villarejo, el excomisario al centro del huracán, acumula 24 años de prisión en tres condenas (13, 8 y 3 años), pero sigue libre: ninguna es firme, y ha logrado dos absoluciones plenas que frustran a sus verdugos. ¡Iniciado en 2017 tras su detención por una red de espionaje, el caso –con 50 piezas y 35 procesados– ha validado grabaciones y tramas, pero descartado cohecho al considerar que Villarejo actuaba en su «esfera privada», no oficial, un veredicto que podría reescribir el resto de juicios pendientes!
El desfile de juicios ha sido un baile de absoluciones que huele a justicia selectiva. El primero, por los proyectos Iron, Land y Pintor (octubre 2021), condenó a 10 de 27 procesados, absolviendo a la esposa de Villarejo, Gemma Alcalá, y su hijo pese a 83 años pedidos –la Fiscalía renunció a apelar. Villarejo cayó con 13 años (reducidos tras recurso), pero el cohecho se evaporó: «Actuaba en su esfera privada», dictaminó el tribunal. El caso Barajas envió a prisión al comisario Carlos Salamanca (5 años y 8 meses, rebajados a 3) por facilitar entradas ilegales a cambio de 125.000 euros en mordidas, y al abogado Francisco Menéndez (3 meses), pero exoneró a otros. En el Proyecto Saving (octubre 2025), Villarejo se libró de 23 años pese a 500.000 euros en pagos y escuchas, por falta de abuso de función pública. Y en noviembre, absolución total por un espionaje en Marbella de 2015, sin pruebas de su implicación.
Villarejo, el titiritero de sombras que grababa a todo el que se movía, sale fortalecido: sus 24 años acumulados no son firmes, y el Supremo podría anular el cohecho en apelaciones pendientes. Su abogado, Sergio Núñez Díez de la Lastra, celebra: «Demuestra lo desmesurado de las acusaciones». El caso, nacido de su detención en 2017 por una red de espionaje, ha destapado tramas desde la era Franco, pero la Justicia ha priorizado pruebas: no hay cohecho si no se prueba abuso de cargo, un criterio que absuelve a policías en excedencia y ejecutivos que «no sabían» de datos confidenciales.
Reacciones? La Fiscalía Anticorrupción, que soñaba con 200 años, se traga el sapo: renunció a apelar absoluciones clave para evitar más batallas. El PP, salpicado en piezas como el espionaje a Bárcenas, respira alivio. Y Villarejo, libre y combativo, tilda el proceso de «instrumentalización política». El próximo juicio, en enero de 2026 por un encargo de Javier López Madrid contra la doctora Elisa Pinto, podría ser el último clavo –o el que se suelte.
Este no es solo un caso; es el espejo de una España donde el espionaje tocaba todo, pero la Justicia mide con balanza de plomo. ¿Fin del Villarejo-manía, o más piezas pendientes? En Agencia6, el pulso judicial late con esta desinflada trama: ¡de macrosumario a suspiros, Villarejo sobrevive! Sigue apelaciones en Supremo en nuestras redes – porque cuando un comisario cae, pero no tanto, la sombra se alarga.
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