¡Un abismo de crueldad que congela el alma de Almería y tiñe de luto las playas de Garrucha! El cadáver de un niño de cuatro años, hallado sin vida en una caseta abandonada en la playa del Cargadero –en el límite entre Garrucha y Mojácar–, muestra indicios demoledores de violencia física y sexual, según la autopsia preliminar realizada en el Instituto de Medicina Legal de Almería. La madre, una joven de 21 años embarazada de cinco meses, y su pareja sentimental –contra quien pesaba una orden de alejamiento– han sido detenidos como presuntos autores, pasando la noche en calabozos de la Guardia Civil mientras la investigación devora pistas con la urgencia de un vendaval. ¡El pequeño, que pasó la tarde en la playa con su madre antes de desaparecer, fue denunciado como «inconsciente» por el 112 a las 20:00 horas, solo para ser encontrado a las 23:30 en un rincón olvidado del litoral! En un pueblo que declara luto oficial y aplaza sus fiestas navideñas, este crimen no es un rayo en cielo sereno; es el eco de un maltrato que pudo evitarse, con mensajes «escalofriantes» de la madre y un abuelo que clama: «¡Ella quería mucho a su hijo, ese hombre la llevó a hacerlo!» –un caso que podría destapar violencia vicaria y fallos en el sistema de protección infantil.
El infierno se desató en una tarde de rutina que se torció en pesadilla absoluta. El niño, de apenas cuatro años, disfrutaba de la playa con su madre cuando un aviso al 112 a las 20:00 horas alertó de una emergencia: «El menor se ha desmayado en la playa, ha perdido el conocimiento y se encuentra inconsciente», detalló la llamada que movilizó a la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil de Garrucha. El padre biológico, ausente de Almería por trabajo, presentó la denuncia de desaparición inmediata, mientras allegados lanzaban un llamamiento desesperado en redes sociales: «Ha pasado la tarde en la playa con su madre». Pero el horror culminó a las 23:30 horas: el cuerpo del pequeño fue hallado en la caseta de El Cargadero, un rincón olvidado en el límite municipal, desencadenando una autopsia que reveló un cuadro de maltrato previo devastador. «Indicios de violencia física y sexual», confirmaron fuentes cercanas a la investigación, con el Instituto de Medicina Legal trabajando a contrarreloj para desgranar la secuencia fatal.
La pareja detenida –la madre de 21 años, embarazada de cinco meses, y su compañero, con orden de alejamiento vigente– cayó en redada horas después, pasando la noche en dependencias de la Guardia Civil de Garrucha. «No consta que la madre hubiera utilizado servicios del Instituto Andaluz de la Mujer ni del Centro de Información a la Mujer de Garrucha», revelan fuentes gubernamentales, un detalle que agrava la tragedia: ¿falló el radar de protección, o era un secreto guardado en silencio? Mensajes «escalofriantes» enviados por la mujer a la familia paterna –que circularon en redes durante la búsqueda– ya habían encendido alarmas, pero nadie pudo actuar a tiempo. El abuelo del niño, con la voz quebrada por el duelo, soltó un dardo que corta el aliento: «Ella quería mucho a su hijo, ese hombre con el que vivía la llevó a hacerlo». La hipótesis de violencia vicaria –ataques indirectos a través de los hijos para herir a la expareja– flota en el aire, mientras el subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, pide «prudencia» ante vídeos virales que muestran al menor en situaciones de supuesto maltrato: «Hay que analizar cualquier derivada legal de los mismos».
Garrucha, un pueblo de pescadores y sueños playeros, se ha teñido de negro: el Ayuntamiento declaró luto oficial, aplazando el encendido navideño y la inauguración del belén hasta el día siguiente, en un gesto de respeto que no borra el vacío. «Trágicos acontecimientos», lamentó el consistorio, mientras la investigación de la Guardia Civil –que busca determinar si el niño fue trasladado al lugar tras su muerte– avanza con la precisión de un reloj: análisis de móviles, testimonios familiares y una reconstrucción que podría llevar a cargos por homicidio. Los detenidos pasarán a disposición judicial este sábado en el Tribunal de Instancia número 4 de Vera, donde un juez podría decretar prisión provisional si los indicios aprietan.
Esta no es una noticia pasajera; es un aldabonazo que obliga a España a mirarse al espejo de la protección infantil. Con 229 víctimas de la DANA aún en duelo, este feminicidio potencial –si se confirma– suma al contador de una violencia que mata en silencio, robando infancias antes de que florezcan. ¿Falló el sistema VioGén, o era un secreto familiar que nadie vio? En Agencia6, el alma se nos encoge con este angelito perdido: ¡por él, por su abuelo, por todas las madres embarazadas que temen, que la justicia sea el faro que no falla! Si conoces un caso o necesitas ayuda, el 016 está ahí 24/7. Sigue las autopsias y declaraciones en nuestras redes – porque un niño no merece morir en la playa que debería ser su paraíso.
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